El Cigarral se opone a la propuesta del hotel Caravantes para legalizar la obra

f.f. | TOLEDO
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Dicen que la propuesta que les ha presentado el concejal de Urbanismo consiste en un «supuesto» derribo que en realidad deja en pie una estancia que será usada para cafetería

Las obras ilegales del Hotel Cigarral de Caravantes acaban de cumplir 14 años sin que el Ayuntamiento de Toledo haya hecho nada por corregirlas a pesar de que pesa sobre ellas una sentencia condenatoria del Juzgado de lo Contencioso (2003) ratificada por el Tribunal Superior de Justicia (2005). Ambas instancias declararon nula la licencia otorgada por el Gobierno municipal a la empresa ‘Altos de Caravantes SL’ por «no estar ajustada a derecho» pero la Administración ha aplicado la manga ancha y donde debía ordenar el derribo de lo ilegal permite que se añadan nuevas construcciones. Además, el establecimiento hostelero funciona con licencia de actividad «provisional» desde el año 2003.

La pelea que siguen llevando a cabo las propietarias del Cigarral al sitio de la Fuente de Caravantes para que se cumpla la legalidad ha tenido un amago de arreglo que lleva camino de convertirse en otro intento frustrado. Según explican, el concejal de Urbanismo, Javier Nicolás, les convocó a una reunión para darles la oportunidad de alegar al proyecto de derribo presentado por los promotores del hotel pero lo que se encontraron está muy lejos de cumplir sus expectativas.

«El supuesto proyecto contempla ‘derribar’ tres habitaciones del hotel para reducir el espacio construido cuando la verdad es que lo único que hace es quitar puertas y ventanas, tirar tabiques entre habitaciones pero dejarlo todo cerrado por al menos tres lados con lo que parece evidente la intención de utilizarlo para barra y mesas de cafetería». Es decir, continúa el «uso intensivo y sin control del espacio para celebración de eventos y bar de copas».

Precisamente esta actividad «discotequera» es la que mayores molestías crea en el cigarral vecino al hotel por el ruido y tráfico que se produce en horarios que deberían respetarse para el descanso. «No estamos en contra -matizan-de un posible uso hotelero e incluso una cafetería con horario diurno».

En cuanto al pleito que comenzó en 2001 subrayan que el Ayuntamiento ha cerrado los ojos al problema y sigue permitiendo una edificabilidad muy superior a la permitida por la normativa. De hecho, con fotografías actuales, alegan que «no se han dejado de construir nuevos edificios» que identifican con un comedor cubierto de 350 metros cuadrados y la habilitación de mas terrazas para el bar. Con estos añadidos «el terreno virgen de la finca no debe llegar al 10%», calculan.

Protestan también por que se permite la actividad con una licencia provisional de seis meses que debía haber caducado «a finales de 2003». Como uno de los requisitos que faltaba era la autorización de vertidos de la Confederación Hidrográfica del Tajo se preguntan cómo está funcionando el saneamiento de la instalación.

En resumen, no entienden que se les permita continuar la actividad y aumentar los edificios cuando tras la aprobación del Plan especial de Cigarrales no se autorizan licencias para actividades hosteleras. «La situación es tan absurda que parece que el Ayuntamiento les está dando un premio legalizando una obra que rompe todas las normas urbanísticas».