Francisco J. Rodríguez | Toledo
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La apertura de una exposición permanente de arte contemporáneo en la sede de la Cámara de Comercio de Toledo en la plaza de San Vicente podría concluir con la donación, por parte del empresario que está detrás del proyecto, de una escultura de Dalí al patrimonio de la ciudad.
La escultura, perteneciente a la conocida como Colección Clot, pasaría a pertenecer al Ayuntamiento en un caso inédito hasta la fecha y con unas consecuencias difíciles de calcular.
Juan Javier Bofill Pellicer, propietario de la empresa ‘Faber Gòtic’, una sociedad constituida en Barcelona en 1997 con el objeto social de organizar exposiciones de obras de arte, comercializar con las obras expuestas y gestionar fondos de arte, tiene en su poder la llamada Colección Clot, litografías del Dalí, cartas personales, fotografías del artista hechas por Robert Descharnes (uno de sus principales biógrafos) y un sin fin de objetos de todo tipo y relativo valor relacionados con el maestro de los relojes derretidos.
La donación a la ciudad de una escultura cerraría el buen clima que ha existido en las negociaciones para que se pueda abrir en la ciudad un museo con obra original de Dalí, como así se anunció el pasado mes de noviembre en una rueda de prensa conjunta de la presidenta de la Cámara de Comercio de Toledo, María Ángeles Martínez, y la alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, que hizo de anfitriona ese día para comunicar el proyecto desde el mismo patio del Consistorio.
«Cuando llegue el momento se sabrá, aunque ellos dijeron que tenían intención», confirma la presidenta de la Cámara, que no quiere hablar del tema y remite al entorno del empresario encargado del proyecto. Aunque eso sí, sin citar en ningún momento a Juan Javier Bofill. «Ni el Ayuntamiento sabe qué va a pasar finalmente ni yo», sentencia.
La Tribuna ha tratado sin éxito de ponerse en contacto con el empresario de arte desde que este diario publicara el pasado 25 de noviembre que era él el promotor del proyecto y el dueño de las obras atribuidas a Dalí que se piensan exponer en Toledo.
Con todo, según fuentes municipales, el acuerdo entre todas las partes se remataría con la donación de la escultura, que Bofill Pellicer quiere instalar en la misma plaza de San Vicente, frente a la entrada del museo, y el Ayuntamiento pretende colocar en otra ubicación donde luzca más.
La escultura en concreto que se bajara para ser regalada a la ciudad es un misterio, aunque sin duda será alguna de las ampliaciones de gran tamaño que Bofill Pellicer tiene gracias a los moldes de la colección Clot.
La colección Clot se compone originalmente de un total de 44 estatuas de bronce realizadas entre 1969 y 1979. Fueron creadas por Dalí, utilizando la técnica de cera perdida, para su amigo Isidro Clot. Ambas partes estamparon un contrato el 28 de noviembre de 1973, al que sucedieron al menos otros tres conocidos.
Esos contratos obligaban a Dalí a conceder a Clot «la propiedad única en exclusiva mundial de las joyas con piedras preciosas realizadas y diseñadas por Salvador Dalí para su posterior reproducción y para ser usadas como esculturas, colgantes, brazaletes y demás, así como toda clase de objetos realizados en platino, oro, plata, bronce y cualesquiera otros metales o materiales simples o aleados». Además, por si no fuera bastante claro, también se estableció que, «dado el carácter de exclusividad única y mundial conferida a Isidro Clot Fuentes, aquél (Dalí) no podría realizar ningún tipo de obra de características iguales o semejantes a las que constituyan exclusividad de Isidro Clot».
El problema radica en que la Fundación Gala-Salvador Dalí se encarga del control de los derechos de marca, de propiedad intelectual y de imagen de Dalí, y es por eso que ya tomaron medidas judiciales contra Pellicer en lo que era conocido como ‘el museo Dalí escultor de Barcelona’, que fue condenado a retirar toda referencia al artista.
Los problemas jurídicos en Barcelona son los que han empujado al empresario hasta Toledo, en donde pretende abrir una muestra privada con obra de Dalí merced a un contrato de alquiler por diez años y posibilidad de prórroga.
La apertura del 11 de mayo genera malestar en la Fundación Dalí
El próximo 11 de mayo se cumplen 112 años del nacimiento de Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech. Ese mismo día es la fecha elegida por los promotores de la exposición de arte contemporáneo que contendrá obra original del artista de Figueres para abrir sus puertas en Toledo capital.
No es fruto del azar. Todo parece reponder a una planificada hoja de ruta que incluye los plazos de obra, los anuncios públicos y la intención final de donar una escultura de la Colección Clot a la ciudad.
Por ello, es normal que desde la Fundación Dalí no hagan más que mirar de reojo a Toledo, esperando el próximo movimiento de un viejo conocido suyo como Juan Javier Bofill Pellicer y considerando como toda una provocación la elección del 11 de mayo como fecha de apertura del teórico museo Dalí de Toledo.
Fuentes cercanas a la Fundación han corroborado el malestar que les genera el desembarco de Pellicer en la capital de Castilla-La Mancha, que se ahonda aún más teniendo en cuenta que no han recibido respuesta a la comunicación que realizaron a través de sus abogados tanto a la Cámara de Comercio como al Ayuntamiento de Toledo el 25 de noviembre, nada más confirmar La Tribuna la identidad del empresario.
En ellas solicitaban «información» del proyecto y «advertían que el Sr. Juan Bofill Pellicer ya fue condenado por infracciones de derechos de autor y de marca y por competencia desleal en un procedimiento instado contra él en relación a la exposición permanente de obras atribuidas a Dalí que mantuvo en el Cercle Artístic de Barcelona».
Y es que, Juzgado de lo Mercantil número 3 de Barcelona estimó parcialmente el 12 de junio de 2012 su demanda y condenó a la empresa ‘Faber Gòtic’ a cesar «con carácter inmediato y para el futuro» en la explotación de los derechos de la marca y de imagen infringidos y a pagar las pertinentes indemnizaciones.