¿Qué le parecería celebrar la presentación de su libro en una iglesia que data del siglo X u organizar una cena de empresa en un entorno que le traslade a los inicios del Toledo romano? El Consorcio  les permite esta posibilidad puesto que ofrece sus monumentos para organizar eventos particulares de tipo cultural y social y así tener el lujo de disfrutar de una velada de ensueño en un lugar con alta calidad patrimonial.

Las cuevas de Hércules, situadas en el callejón de San Ginés, a unos 100 metros de la Catedral Primada, son uno de esos espacios ‘deluxe’. Un lugar que presenta una rica historia arquitectónica, en cuanto ha sido ocupado por distintos edificios a lo largo de la historia. Además, han dado lugar a múltiples leyendas, recogidas ya en textos medievales, algo que ha propiciado gran interés.

 Según explican desde el Consorcio, es uno de los espacios con mejor acogida al ser muy amplio y emblemático. Dispone de planta baja, primera y segunda, así como de una planta sótano donde se sitúan los restos del depósito romano. Las plantas primera y segunda se abren sobre la planta baja, permitiendo contemplar los diferentes restos arqueológicos y arquitectónicos del conjunto.

La planta baja se articula en diferentes espacios, siendo el más espacioso de triple altura, que se asoma a los restos arqueológicos medievales situados en un nivel inferior. Asimismo dispone de un patio acondicionado y aseos.

Todo ello abre la posibilidad de organizar actos de tipo cultural, tales como exposiciones, conciertos, conferencias, actuaciones o catas. Además, incluye la posibilidad de incluir además una visita guiada especial enmarcada en el propio evento.  

Sin ir más lejos, la semana pasada, la empresa ‘Evocarte’ organizó en el edificio una gymkana, taller de pintura y ruta teatralizada para una empresa que se encontraba en Toledo celebrando un congreso profesional. ‘El Greco’, como no podía ser de otra forma, se convirtió en protagonista del ‘juego’ y los asistentes disfrutaron de más de tres horas de actividades.

La entidad fija el aforo de este espacio, que puede acoger por ejemplo hasta a 80 personas para un cóctel, y establece tarifas «simbólicas» de alquiler en función de los espacios y de la actividad a desarrollar en ellos. La recaudación se destina a sufragar el mantenimiento de estos inmuebles y de las rutas guiadas gratuitas.

El Consorcio tiene aprobadas una tarifas que en el caso de las cuevas de Hércules ascienden a 150 euros (hasta dos horas incluido el montaje de la sala) y 100 euros por la tercera hora y las siguientes.

Mientras tanto, si desea alquilar todo el espacio tendrá que abonar 300 euros en el primer caso y 150 en el segundo. «Buscamos que los ciudadanos puedan disfrutar de los edificios y potenciar la actividad cultural», comentan desde el organismo.

Pero no solo eso, también aportar «un valor añadido» a la capital regional. De hecho, el Consorcio está integrado en el Toledo Convention Bureau, la oficina de Congresos que tiene por cometido la promoción de la capital como sede de congresos, convenciones e incentivos. «Si una empresa o un colectivo que quiere organizar un encuentro en una ciudad española y ve que en Toledo tiene sedes, como el Palacio de Congresos donde organizar sus actos, y luego puede celebrar una gymkana o una visita guiada específica para sus asociados puede que se decante por nosotros con más facilidad», insisten.

Otros espacios. Además de las cuevas de Hércules, la iglesia de San Sebastián es otro de los monumentos del Consorcio que tienen más éxito, fundamentalmente por sus amplias dimensiones y por las posibilidades que ofrece.

Se localiza en el denominado ‘Barrio de Curtidores’, dentro del cual se enmarcarían antiguamente construcciones defensivas como la puerta de Bab al- Dabbagin o ‘puerta de los Curtidores’.

Está ubicada en la calle Carreras de San Sebastián, en el sur del Casco histórico, muy próxima a los baños islámicos de Tenerías, inmueble también perteneciente a las Rutas de Patrimonio Desconocido de Toledo.

La actual iglesia ha sido un edificio con una ocupación continua, desde el siglo X hasta el XX, con una primera fase islámica y una segunda cristiana. Entre los restos arquitectónicos más antiguos que todavía se conservan en el edificio, encontramos parte de un arco de herradura en el muro que separa la nave de la Epístola de la nave de la Capillita, asociado a un aparejo que podría estar relacionado con la fase islámica del edificio.

El inmueble dispone de una planta longitudinal de unos 150 metros cuadrados, de tipo basilical, que consta de tres naves, y una cuarta más adosada en su lado este, así como una pequeña sacristía.

El Consorcio ofrece la posibilidad de realización de actos o eventos de tipo cultural, tales como exposiciones, conciertos, actuaciones, así como de otro tipo de eventos o celebraciones para particulares. De hecho, también propone incluir una visita guiada en el propio evento, de la misma forma que en San Sebastián.

En este caso, al tener unas mayores dimensiones, las capacidades aproximadas que fija la entidad son 125 en el caso de un teatro o 150 para un cóctel. En cuanto a tarifas, alquilar la sala de conferencias y reuniones (una nave lateral) cuesta 250 euros las dos primeras horas y 100 las siguientes, mientras que todo el espacio puede ser ‘suyo’ por 500 euros en el primer caso y 150 en el segundo.

Otros monumentos como las termas romanas de Amador de los Ríos, el sótano de la Casa del Judío, el pozo de la plaza del Salvador o los Baños del Cenizal tienen un coste de 100 euros la primera hora y 75 las siguientes.

Patrimonio desconocido. Hay que recordar que además de este ‘ofrecimiento’ para eventos particulares, el Consorcio lleva años cediendo sus espacios para la organización de exposiciones temporales de artistas y para organizar presentaciones públicas muy diversas, todo ello con el objetivo de enseñar el inmenso patrimonio de Toledo.

De hecho, sus rutas guiadas y gratuitas -puestas en marcha en 2004- se han mantenido a pesar de la reducción del presupuesto que ha sufrido el organismo en los últimos años como consecuencia de la crisis económica y en 2012 alcanzaron los 80.000 visitantes.

 Se trata de una iniciativa de éxito nacida con el objetivo de presentar las actuaciones de rehabilitación realizadas por Consorcio en inmuebles que llevaban años, e incluso siglos, sin poder ser visitados.

La entidad ofrece recorridos a un total de 21 monumentos, yacimientos arqueológicos y otros lugares de interés. Hace dos años  incluyó entre sus rutas la visita a la iglesia del convento de Santo Domingo el Real tras las obras de restauración de la nave central y las capillas laterales.

El resto de inmuebles que presentan este ‘otro Toledo’, oculto durante años, y que pueden visitar los toledanos y turistas, son las termas romanas de Amador de los Ríos, la iglesia, la mezquita y el pozo de El Salvador, el convento de Santa Isabel, el convento de las Comendadoras, la iglesia de San Sebastián,  los baños árabes de Tenerías, el Ángel y Caballel,  las bóvedas romanas de Nuncio Viejo 19, los salones islámicos de cobertizo de Doncellas, Cardenal Cisneros, las cuevas de Hércules, la casa del Judío, las Concepcionistas, la sala capitular del convento de San Clemente, la mezquita del Cristo de la Luz y Santo Domingo el Real.

Los interesados en realizar dichas visitas tienen a su disposición el Centro de Gestión de Recursos Culturales del Consorcio de la Ciudad de Toledo (la oficina de las Termas de Amador de los Ríos), así como el número de teléfono 925 253080 y la dirección de correo electrónico termas@consorciotoledo.org. Las visitas pueden realizarse individualmente o en grupo y son gratuitas en los horarios establecidos por el organismo.

Fuera del horario tienen un coste de tres euros por persona y de 1,5 euros para los menores de 16 años. Además, existe un convenio con los guías oficiales de la ciudad gracias al que las rutas para grupos de 10 a 19 personas cuestan 15 euros por grupo y 25 para los de 19 a 24 personas.