El presidente de la Junta de Distrito de Santa Bárbara, Antonio Guijarro, reclamaba ayer «respuestas y actuaciones» para una infraestructura «básica» como es el nuevo Centro de Salud, cuya construcción se encuentra paralizada desde hace un año.
Una paralización que preocupa a los vecinos del barrio, puesto que «aunque la salud es lo primero, en Santa Bárbara el Gobierno de Castilla-La Mancha ha decidido que sea lo último».
Así lo ponía de manifiesto Guijarro durante el pleno de la Junta de Distrito, al tiempo que hacía un llamamiento a los concejales del Partido Popular, «algunos con responsabilidad en el Sescam» -en referencia directa a Fernando Sanz, secretario general del Servicio de Salud-, para que «en lugar de insultar al alcalde y alimentar polémicas absurdas, se pongan del lado de los vecinos, y pidan que se reanuden las obras».
En este sentido, Guijarro recordaba a los ediles ‘populares’ su obligación de ejercer «una oposición útil», y en este marco reclamar que se retomen los trabajos en esta infraestructura sanitaria tan importante para los vecinos de Santa Bárbara.
Una actuación «de enorme trascendencia», que ha contado incluso con pronunciamientos por parte de la propia Junta de Distrito, para que esta obra del Centro de Salud se pueda terminar.
Empleo y servicios públicos. Por el contrario, subrayaba Guijarro, la «prioridad» del Gobierno municipal va a seguir siendo «garantizar el empleo y mantener los servicios esenciales». Una «marca de la casa», destacaba el concejal de Participación Ciudadana, de la que no todas las administraciones pueden presumir.
Administraciones que, como el Gobierno regional y la Diputación, paralizan obras y suprimen servicios, frente al esfuerzo del Gobierno de Emiliano García-Page «por garantizar el empleo y mantener los servicios públicos».
Decisiones como la paralización del Centro de Salud y el retraso en la apertura del Centro de Día de Mayores de Santa Bárbara, por las que interpelaban algunos asistentes a la Junta de Distrito al representante del PP en el pleno, el concejal Diego Vivas, al que preguntaban si tiene «alguna sensibilidad» respecto a estas situaciones, a lo que respondía señalando que se llevarán a cabo «cuando haya dinero», y recordando que él también es vecino del barrio.