El futuro de la telefonía móvil se llama 5G

Benjamín López
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Esta nueva tecnología se está probando en Talavera de la Reina y Segovia y puede ser una realidad comercial en 2020. Multiplica por diez la velocidad de conexión y el número de dispositivos conectados a la vez. Revolucionará el Internet de las cosas

La última generación de comunicaciones móviles, el 5G, comienza a ser ya una realidad. Será un paso más allá del actual 4G que usamos de manera masiva en nuestros teléfonos móviles y cambiará no tanto la forma en la que nos comunicamos entre nosotros sino la manera en la que interactuamos con nuestro entorno, lo que se conoce como ‘Internet de las cosas’. Esta nueva tecnología se está probando ya por Telefónica en ciudades como Talavera de la Reina (Toledo) y Segovia, y se espera que se popularice en 2020 cuando las operadoras la lancen al mercado de forma masiva. El 5G va permitir multiplicar por diez la velocidad de conexión y el número de dispositivos conectados al mismo tiempo.

«Mientras que el 4G cambió la vida de las personas por su forma de conectarse a los datos esperamos que el 5G cambie la forma en la que los dispositivos se conectan a la red», asegura a este periódico Javier Gutiérrez, ingeniero Superior de Telecomunicación que en la actualidad es director de Estrategia y Desarrollo de Red en Telefónica España y una de las personas que más saben de esta nueva tecnología en nuestro país.

Pero para entender bien en qué consiste, es preciso hacer un poco de historia. La telefonía móvil comenzó hace varias décadas con la tecnología 1G, la que usaban los primitivos móviles de Moviline que, por ejemplo, ni siquiera identificaban la llamada entrante. De ahí se pasó a la 2G, con notables avances, pero ambas estaban solo pensadas para transmitir voz, para hablar. Con el surgimiento de los ‘smartphones’ (teléfonos inteligentes) y las aplicaciones relacionadas a ellos se desarrolló el 3G. Todo cambió ahí. Esa tecnología permitía el acceso a Internet en movilidad que en pocos años ha supuesto una revolución en nuestra forma de vida. Pero poco después esa tecnología se quedó pequeña porque no estaba preparara para el uso masivo que comenzó a producirse en muy poco tiempo, de manera casi repentina. Y ahí llegó el 4G, una red pensada para conectividad de datos de alta velocidad con mucha gente usándola a la vez.

«El 4G ha consolidado un cambio en la forma en la que las personas se conectan a la red en movilidad y el 5G va a mejorar de forma ostensible algunas características del 4G para facilitar, entre otras cosas, la conectividad de dispositivos», asegura Javier Gutiérrez. Así pues, el 5G va a ser fundamental en el desarrollo del llamado ‘Internet de las cosas’, el control de dispositivos de todo tipo a distancia, de forma inalámbrica. Ahí entra en juego otra de las características principales del 5G como es la menor latencia o el menor retardo en el que una información que genera un dispositivo móvil -una cámara de vídeo, por ejemplo- llega a la red.

«En las redes 5G la latencia es diez veces menor que en las redes 4G», afirma el directivo de Telefónica. Eso es importante para determinadas cosas. Imaginemos, dice un robot que es manejado a distancia en un entorno explosivo o un lugar de riesgo. «Para controlar esos dispositivos es esencial que el retardo de la imagen que generan esas máquinas sea muy pequeño», añade. También ocurre, dice a modo de ejemplo, en los videojuegos ‘online’. «Si la latencia es muy alta, cuando vas a disparar al enemigo ya te han matado», explica de manera gráfica.

«En cuanto a velocidad, el 5G se puede comparar a la fibra actual», dice, «pero es verdad también que la fibra evoluciona y se está trabajando en una nueva generación que multiplica las velocidades de subida y descarga de datos», asegura Gutiérrez. Es decir, cuando el 5G se popularice la fibra óptica que también estará comercializándose será más veloz y estará «un poco por delante del 5G».

Telefónica lo está probando desde hace unos meses en dos ciudades españolas como son Talavera  y Segovia con un proyecto bautizado como ‘Ciudades Tecnológicas’. Es un «laboratorio vivo», dice Javier Gutiérrez, que tiene la característica  de que la cobertura llega a todo el entorno urbano. «Elegimos esas dos ciudades porque tienen las características necesarias: un tamaño medio que permite dotar de cobertura a toda la ciudad y se puede probar de manera real», explica al respecto. El 5G se esta probando desde dos perspectivas. Una, afirma, es la meramente tecnológica, «las velocidades que se alcanzan, la huella de cobertura de los despliegues, etc; es decir, una maduración de la propia tecnología». La otra es experimentar «servicios y usos concretos» que, a su juicio, es «lo más importante».

Así, por ejemplo, se está trabajando en el ‘coche conectado’ y la conducción asistida. El automóvil  «habla» con dispositivos instalados en la ciudad de tal manera que, entre otras muchas cosas, al llegar a un paso de cebra el vehículo avisa al conductor de que hay peatones a punto de cruzar o informa de que un semáforo determinado se va a poner en rojo antes de que suceda. «Son conceptos relacionados con peatones y seguridad», dice. También se desarrollan aspectos que tienen que ver con el entretenimiento. Telefónica, como gran distribuidor de contenidos, está trabajando en llevar la televisión online a los medios de transporte públicos e incluso al vehículo privado.

El turismo también es otro de los ámbitos en los que se está implementando esta tecnología mediante la llamada ‘realidad aumentada’. Se trata, por ejemplo, de enfocar con la cámara del teléfono móvil un monumento de la ciudad y que aparezca información superpuesta sobre la historia del mismo, el horario de visitas, los precios, la venta de entradas, etc.

Las empresas y la industria también pueden verse enormemente beneficiadas gracias a la tecnología 5G. «Hay una clara tendencia hacia equipos de fabricación robotizados y controlados sin hilos. Ahora mismo una de las dificultades», explica Gutiérrez, es que la actual tecnología no ofrece a la industria suficientes garantías de ancho de banda y de seguridad. «El 5G debería ser una palanca para el desarrollo de ese sector», afirma al respecto.

De momento, la red 5G está en fase de pruebas pero de aquí a un par de años puede ser una realidad ya popularizada. Según explica este experto, en 2018 se han comenzado a hacer ensayos tecnológicos. A lo largo de la segunda mitad del año que viene, pronostica, algunos fabricantes empezarán a sacar al mercado con cuentagotas teléfonos móviles 5G. También en 2019 los ensayos de las operadoras irán aumentando de tamaño en zonas concretas de grandes ciudades y ya en 2020 la tecnología estará suficientemente madura para un despliegue progresivo de esta tecnología por parte de las operadoras y la venta de terminales de forma mucho más masiva.

En todo caso hay que saber, explica Gutiérrez, que el 5G convivirá con el 4G. Son tecnologías compatibles. «Nos gusta ver el 5G como un 4G muy mejorado», asegura el directivo de Telefónica, «pero para la mayor parte de los usos cotidianos de la gente no es necesario». De hecho, a su juicio, la capacidad de la red 4G para satisfacer la demanda es más que suficiente para los próximos años por lo que el desarrollo del 5G vendrá por la posibilidad de «ofrecer nuevos servicios» a los que no llega la tecnología actual. «La red 5G debería crecer en un primer momento en aquellas zonas en las que haya una demanda concreta de unos servicios», afirma antes de augurar que, no obstante, en un futuro «se acabará masificando» y llegando a todo el público.