De árbol quemado, a orgullo y polémica de Safont

J. Monroy
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La talla de un árbol quemado en el parque de Safont enfrenta en las redes sociales a toledanos que aplauden la iniciativa y a quienes la critican por hacerla en un bien público y en un posible ser vivo

El catálogo de árboles monumentales de Toledo recoge al moral de Safont. Son árboles que en su mayoría se extendieron por la orilla del río en tiempos de Carlos III para favorecer la industria de la seda, y que han sufrido diversas vicisitudes.

Algunos, muy pocos, todavía sobreviven en el actual parque. De otros tan sólo queda un cadáver orgulloso, reminiscencias de aquellos grandes ejemplares. Como ese enorme moral situado en la línea más cercana al río, que se quemó hace unos años y está hueco por dentro.

Un vecino del Polígono ha iniciado durante sus visitas al parque con su hijo una curiosa iniciativa, que está siendo objeto de polémica en las redes sociales. Porque si tras su deceso el árbol ya fue en su día objeto de escultura (tenía una enorme cara junto al río), hoy este toledano ha comenzado a esculpirlo, poco a poco, con un cortafríos. Son diversas figuras humanas, que pueden recordar en ocasiones el arte precolombino o el africano. También hay un claro mensaje: «te quiero, mamá». Aunque parece que el trabajo todavía no está terminado.

Polémica en las redes. La iniciativa se ha hecho viral en las redes sociales, donde se ha levantado una enfrentada polémica. Quizás el problema sea que en la fotografía con la que ha comenzado toda la discusión, se ven por detrás del árbol las ramas de otros ejemplares vivos, por lo que parece que este moral también lo está. Eso ha provocado múltiples críticas, de quienes piensan que la actuación está siendo un atentado contra la naturaleza y terminará por dañar al ejemplar.

Hay quienes también denuncian que se haga este tipo de actuación en un parque público, y recomiendan al autor que lo haga en su casa. Incluso, hay insultos al autor, y quienes piden una multa para él, por hacerlo en un bien de todos.

Otras personas, en cambio, han aplaudido la iniciativa, en embellece la zona, y crea una bonita vista desde la vega alta hasta el Casco histórico. Opinan que, si el árbol está muerto, puede ser un buen reclamo, una actuación que embellece la zona. Hay incluso quienes piden que se premie al autor, y que se proteja su obra, para que nadie la eche a perder.

Opiniones, por lo tanto, para todos los gustos, en un entorno que tiene que cambiar en los próximo meses, para convertirse en recinto ferial. Habrá que ver si el árbol tallado queda como recuerdo, monumento a los antiguos morales, o desaparece con la obra.