"El gran potencial de nuestros pueblos es su gente"

J. D. Bazaga
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Nacida en Valencia en 1959, Isaura Leal lleva apenas cuatro meses al cargo del Comisionado frente al Reto Demográfico, encargado de elaborar la Estrategia nacional que deberá combatir los efectos de la despoblación, el envejecimiento y la dispersión.

En enero de 2017 la conferencia de presidentes autonómicos acordó la elaboración de una estrategia nacional frente al reto demográfico. ¿Cuándo estará lista?

En la primavera de 2019. Esa estrategia debería haberse realizado en ese mismo año 2017 para abordar las lineas de trabajo frente a la despoblación, el envejecimiento y los efectos de la población flotante en algunas zonas del territorio. Cuando Pedro Sánchez asume el Gobierno asume el compromiso con una de las tareas que no se habían realizado y la necesidad de no demorar la elaboración y aprobación de esa estrategia. Y lo estamos haciendo con la idea de que debe realizarse con la colaboración de las comunidades autónomas y de las entidades locales, además de hacerlo en el marco de las políticas comunitarias y de la Unión Europea.

¿Y la sociedad civil?

Sin duda. El impulso político es imprescindible. Todos los niveles de gobierno estamos llamados al consenso y al acuerdo porque nos enfrentamos a un problema que afecta a todo el Estado y requiere del acuerdo y consenso de todas las fuerzas políticas. Pero eso sería insuficiente si no conseguimos la implicación de la sociedad civil.

La colaboración pública y privada está llamada a ser imprescindible para sacar adelante la reactivación económica, el empleo y fijar la población en el territorio.

Ha mencionado que el reto demográfico lo componen la despoblación, el envejecimiento o la dispersión. ¿Cuáles son las medidas para combatirlas, cuáles son las prioridades?

La despoblación es solo el síntoma de una grave enfermedad que es la desigualdad en el territorio, y la que sienten los que viven en el medio rural en relación a los que viven en el medio urbano. Todo lo que pase por garantizar la igualdad de oportunidades de los que quieren permanecer en el entorno rural, o de los que desean regresar a él, se traduce en medidas de incentivos para la actividad económica, creación de empleo, vivienda, y la conectividad.

En el siglo XXI se constituye casi en un derecho de ciudadanía la conectividad adecuada a todo el territorio con independencia del lugar en el que se viva. Es la herramienta imprescindible no solo para gestionar la administración, sino para incentivar la creación de actividad económica de empresas o de emprendimiento.

Así que el despliegue de una adecuada banda ancha o una buena cobertura de telefonía móvil es la prioridad, y el servicio básico universal que necesitamos en el territorio para poder implemetar otras políticas públicas.

Para todo ello se necesita financiación. ¿Tendrá el reto demográfico su hueco en el nuevo modelo de financiación autonómica?

Las ministras de Economía y de Hacienda, y el propio presidente del Gobierno han manifestado la necesidad de trabajar por un modelo de financiación justo en todo el territorio, por lo que ese modelo sin duda incorpora las condiciones económicas y sociales en cada territorio en relación a la situación a la que deben hacer frente. En este sentido, la garantía del principio de igualdad de todos los españoles sin importar el lugar en el que vivan forma parte de un modelo de financiación justo.

Tiene la cifra de lo que puede costar hacer frente a este reto demográfico

Sería una osadía y una falta de responsabilidad por mi parte, cuando apenas llevamos cuatro meses trabajando en ello, que yo adelantara propuestas y medidas que se están elaborando desde el consenso, la cooperación y la colaboración con el resto de administraciones.

Hace poco se reunieron en Zaragoza los presidentes de Galicia, Asturias, La Rioja, Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha para abordar este asunto. Piden que se tenga en cuenta el coste de la prestación de los servicios públicos.

Pero no hay una receta única, ni siquiera para esas seis comunidades autónomas que comparten buena parte del problema. Para todos no es lo mismo. En unos casos el desafío es la despoblación, en otros es la dispersión, en otros es el envejecimiento, y en algunos son los tres indicadores de alarma. Pero no hay una receta única para todas.

Hay un diagnóstico común, pero las medidas a implementar deben ser diferenciadas. No todo el territorio está afectado de igual manera y por los mismos motivos.

¿Y cuál es la prioridad en Castilla-La Mancha?

La pérdida de población en Castilla-La Mancha supera en más de 10.000 habitantes en el último año, y se debe fundamentalmente al abandono masivo de la población inmigrante que había llegado cuando había empleo, y que ha abandonado la comunidad ante la falta de empleo y de perspectivas económicas. Pero incluso dentro de la propia Castilla-La Mancha no es igual la situación de Cuenca que de Guadalajara o Albacete. Tienen una especial incidencia en la pérdida de población ni la densidad de población es la misma. Cuenca es de todas las provincias de la región la que cuenta con una población más envejecida. Guadalajara es sin embargo la que cuenta con una población más joven.

¿Qué influye? Las condiciones económicas o de empleo del entorno en el que se mueven.

¿Cuál sería su ideal? Alguna vez ha puesto a Francia como ejemplo.

Desde los gobiernos de DeGaulle llevan trabajando en políticas públicas con perspectiva demográfica, y su ordenación del territorio, el despliegue de infraestructuras, la prestación de servicios básicos. Llevan trabajando décadas en fijar la población en sus territorios. También es cierto que tienen un diseño de la administración diferente al nuestro.

¿Significa eso que deberíamos cambiar nuestro modelo administrativo o competencial?

Para nada, nuestro modelo constitucional pretende diseñar un modelo autonómico de prestación de servicios y de un estado de bienestar que garantice la calidad de vida de nuestros ciudadanos.

El envejecimiento es un desafío, pero también es un éxito de nuestro modelo social. Somos el país de Europa que tiene una mayor esperanza de vida. Y sin duda ese hecho no es casual, es fruto de nuestro estado de bienestar, de nuestra sanidad y de nuestro modo de vida.

Los mayores nunca son un problema. El hecho de que España tenga una de las tres esperanzas de vida más altas del mundo es un orgullo.

No todas las oportunidades consisten en la industria o la logística como en el corredor del Henares o el corredor de la Sagra, hay otros recursos como el agua para fijar población en la agricultura.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, dice que “jóvenes, agua e internet garantizan el futuro de los territorios”, le brindo esa frase.

Así que se tendrá en cuenta esa variable en la estrategia.

Por eso le decía que no hay una receta única para las diferentes comunidades autónomas. Hay que encontrar políticas de consenso, políticas adaptadas a las necesidades de cada territorio.

Otro de los problemas que tuvo Castilla-La Mancha fue el cierre de escuelas rurales con el anterior Gobierno al elevar la ratio de alumnos de 4 a 11. Se cerraron casi 70 por lo que esa población huyó.

Estoy completamente de acuerdo. Cuando hablamos de garantizar la igualdad y las condiciones de vida digna, la salida del entorno rural se hace en la búsqueda de oportunidades. Los padres no salen en busca de oportunidades para sí mismos, sino para sus hijos, y la escuela es una de ellas. También el acceso a los servicios de sanidad. Los movimientos de población se realizan desde la decisión personal, y las políticas públicas tienen mucho que ver en la toma de esas decisiones.

Dice que la estrategia estará lista para la próxima primavera, pero el presidente Pedro Sánchez ha dejado claro que no habrá reforma del modelo de financiación en esta legislatura. ¿Puede eso influir en las medidas que proponga?

La estrategia abarca el corto, el medio y el largo plazo. No se va a revertir la situación demográfica de un día para otro. Requiere que nos pongamos en marcha y comencemos a diseñar todos juntos qué modelo de país queremos para nuestros hijos y nietos.

Si ahora los expertos nos alertan de que hay un 53 por ciento del territorio nacional que está en riesgo de despoblación, no podemos demorar la toma de medidas que hagan frente a esa decisión.

¿Cuál sería el sobrecoste social para un país que renunciara a más del 50 por ciento de sus recursos?

¿Hay esperanza entonces para esos territorios?

La resignación no nos conducirá a nada más que a un paisaje de abandono. Yo soy optimista porque confío en el compromiso de miles de hombres y mujeres que se mantienen en el territorio para sacar adelante miles de pueblos en España. Yo confío en el compromiso de la gente y los políticos tenemos que estar comprometidos.

También creo que es imprescindible la alianza de los medios de comunicación y los agentes de la cultura. Periodistas, actores, cineastas y publicistas, esos que hacen los anuncios para reconocer la dignidad de las personas que viven en los pueblos y para darles ese sentimiento que corresponde a una imagen que está desfasada, y que no se corresponde con la realidad de miles de pueblos. Hay que dar otra visión.

En los pueblos viven personas tan valiosas como en las ciudades. No es el fracasado o indocumentado, el analfabeto o el que se ha quedado allí porque no servía para otra cosa. El gran potencial de nuestros pueblos es la gente que vive en ellos, y de los que quieren volver.

Para eso también me parece importante mantener los lazos de los afectos. A esto también hay que ponerle un poquito de emociones y de sentimiento, no solo recursos, que son imprescindibles, pero para un futuro de convivencia y de tolerancia en todo el territorio hay que ponerle también sentimiento e ilusiones.

El final de todo es que los que viven en la ciudad necesitan a los que viven en los pueblos tanto como los de los pueblos a los de la ciudad. Esto es cosa de todos, de un pacto necesario entre lo rural y lo urbano.