Los Grecos casi perdidos de Illescas

Adolfo de Mingo Lorente
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Permanecieron ocultos en la cámara del banco de España. La humedaD forzó su traslado al Prado, donde fueron restaurados

La incautación y traslado de los Grecos del Hospital de la Caridad de Illescas hasta Madrid durante el otoño de 1936 fue uno de los episodios más particulares de cuantos sufrieron las obras del artista a lo largo de la contienda. Las pinturas, según denunciaba un anónimo enviado al director del Museo del Prado, corrían el riesgo de ser robadas o destruidas tras haber sido desalojadas de sus marcos y escondidas en el interior de una cueva del municipio.

La Junta de Madrid envió a sus efectivos hasta la localidad toledana para trasladar las pinturas hasta el Museo del Prado, pero allí se encontraron con una rotunda negativa por parte del alcalde, totalmente contrario a que los lienzos abandonasen la villa. Finalmente, tras una dura negociación, el edil accedió al conocer que los Grecos serían depositados en una cámara subterránea del Banco de España y que él mismo recibiría una copia de las llaves.

La llegada a Madrid de los cuadros, en cuyo traslado participó el escultor Emiliano Barral, se produjo el 7 de octubre de 1936. Permanecieron durante algún tiempo en el emplazamiento previsto hasta que la preocupación por su conservación, sumada a la desaparición del alcalde de Illescas tras la caída del municipio en manos nacionales, movió a la Junta a solicitar la apertura de la cámara.

La humedad había pasado una gran factura a los lienzos, que sería necesario trasladar  hasta los talleres del Museo del Prado para su restauración a manos de Jerónimo Seisdedos. Allí fueron fotografiados por Hauser y Menet en distintos momentos del proceso, tratándose probablemente, en palabras de José Álvarez Lopera, de la primera restauración fotográficamente documentada de una pintura en nuestro país. Finalmente, los cuadros no solamente fueron recuperados, sino que su restauración permitió devolver a su estado primitivo a la Virgen de la Caridad. Los Grecos regresarían a Illescas a mediados de los años cuarenta.