Al amparo del Hospital de Tavera

F.J. Rodríguez
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La declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento para el edificio permite fijar un área de protección que incluye La Vega, Sisebuto, los juzgados y parte de las Covachuelas

El Hospital de Tavera ya tiene consideración de Bien de Interés Cultural. Esta misma semana se ha dado luz verde al expediente para la declaración del edificio como BIC con la categoría de monumento, una aspiración que compartían propietarios y Junta.

Y es que, parece increíble que ese emblemático conjunto renacentista no gozara de ningún tipo de protección especial hasta el 9 de octubre de 2018, una ausencia de amparo patrimonial que, como el propio consejero de Cultura ha aclarado no obedece a «ninguna razón especial, simplemente no se había hecho».

Solucionada esta deuda histórica, el Hospital de San Juan Bautista, o de Tavera como todos los conocen gracias a su fundador (el cardenal Juan Pardo de Tavera), no solo ve blindados sus muros, sino que se ve reforzado con un entorno de protección inédito extramuros de la ciudad.

El ‘Hospital de Afuera’, como fue denominado en el siglo XVI por encontrarse precisamente al otro lado de las murallas de la ciudad, ha ampliado su área de influencia al paseo de Merchán, la Vega al completo, Sisebuto, Marqués de Mendigorría hasta la zona de los Juzgados, los antiguos corrales y el cementerio a la trasera del Hospital y el edificio de la antigua Escuela de Gimnasia que actualmente sirve como Delegación del Ministerio de Defensa en Toledo.

La justificación de esta amplia zona de protección, tal y como reza el expediente de la declaración de BIC, obedece a «motivaciones geográficas, históricas y arqueológicas», teniendo en cuenta «aspectos como la actual contemplación del bien, la calidad ambiental de las construcciones cercanas y la relación histórica del edificio con su entorno inmediato». Vamos, que hay que respetar el Hospital de Tavera y todo el entorno en el que se integra.

De esta forma, se protege además del edificio la trama urbana, es decir, la planificación de las calles y parcelas que componen el entorno de protección, «con objeto de que las actuaciones a realizar en los edificios que componen el entorno de protección no impliquen un demérito del edificio».

Además, se busca  preservar la percepción visual y la contemplación del, ya sí, monumento. «Un icono fácilmente reconocible de la ciudad de Toledo» que se merece la atención de la administración y su protección.

De esta forma, todo uso, segregación o agregación en esa zona de protección deberán ser autorizados por la Junta, quedando a la vez prohibida la instalación de publicidad, cables, antenas y condiciones que alteren el edificio y, lo que afecta a más gente, «menoscabe la apreciación del bien dentro de su entorno».