Un ejemplo de cómo rehabitar el Casco con ingenio y menores costes

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La Escuela de Arquitectura ha sido la artífice de una intervención en la que los alumnos han aprendido «formas diferentes de actuar en patrimonio»

Un ejemplo de cómo rehabitar el Casco con ingenio y menores costes - Foto: Yolanda Lancha

Todos los participantes en la multitudinaria visita destacaron el valor de una actuación como la ejecutada, en una primera fase, en el número 12 del Callejón de Menores. El inmueble, ya intervenido en una primera parte destinada a la estabilización de la estructura y cubiertas -por importe de 116.988,09 euros-, afronta ahora el proyecto centrado en los cerramientos e instalaciones y dotado con 216.101 euros a desarrollar en seis meses.

Caracterizada, esta actuación, por la complejidad de haber logrado reunir en un acuerdo a tres partes -Escuela de Arquitectura,  propietario del inmueble y Consorcio- auspiciados bajo el paraguas de la investigación y experimentación universitaria en torno a las ‘Nuevas formas de actuación y rehabilitación en el Patrimonio’, José Ramón González de la Cal fue tajante al apuntar la segunda peculiaridad del trabajo.

Esto es, «estamos rehabilitando con la mitad de los costes de una rehabilitación convencional», por tanto el espacio resultante «tendrá una identidad distinta porque se van a ver los sucesivos pasos de las generaciones que lo han habitado».

- Foto: Yolanda Lancha Así, y por tratarse de una suerte de «proyecto colectivo» en el que han participado la mayoría de los docentes de Arquitectura, el encargado de la tarea junto a Javier Bernalte explicó que en este proyecto han intervenido «10 alumnos del centro que han estado en la fase del proyecto de ejecución y en la fase de dirección de obra». De hecho, confirmaron que los estudiantes han estado desde el primer momento -en la toma de datos del inmueble, en el levantamiento y en la intervención- en el espacio, lo que es imprescindible para que «aprendan y sepan que hay otras formas de intervenir», de «vivir de otra manera, sin prejuicios, habitando casi una ruina», lo que demuestra, apreció Bernal, «que con poco dinero se puede habitar el Casco y evitar que se desmorone».

Y por otorgar, esta ciudad, la oportunidad de intervenir en el patrimonio para ejercer una labor de aprendizaje, De la Cal destacó la importante «trasferencia de conocimiento», aspecto fundamental «para que los alumnos estén en contacto con la realidad». En este empeño articulado desde el inicio por la Escuela de Arquitectura, ha jugado un papel esencial el promotor que, señaló el arquitecto, «tenía, como él dice, un cadáver que ha cedido para la ciencia, y ese cadáver hoy tiene vida» gracias a un ejercicio experimental destinado a «rehabitar y reactivar el Casco».

Incluido en un programa I+D+I de la Escuela de Arquitectura de Toledo, esta intervención se diferencia de las acostumbradas -en las que existe un proceso selectivo en el que se desechan muchos elementos del pasado- en que «aquí se ha conservado todo, todas las pátinas de la historia están en el inmueble» porque, aclaró De la Cal, «no hemos despreciado ningún elemento ni ninguna de las intervenciones que han sucedido a la largo de los 400 años de vida del inmueble». Por ello, «nos hemos limitado a dar capacidad estructural al edificio con un tercio de lo que en principio estaba presupuestado por el promotor privado».

- Foto: Yolanda Lancha Todo ello conservando los elementos constructivos existentes, resolviendo los problemas estructurales con una estructura de madera que conviva con la existente, y utilizando cerramientos ligeros. Con un presupuesto global aproximado a los 400.000 euros, esta fórmula secuenciada en el tiempo -queda por determinar una tercera fase para los elementos de interés- propiciará que «los universitarios animen, el próximo año, el Casco».

 

Seis ‘unidades de habitación’ destinadas a «introducir vida universitaria en el Casco»

El proyecto contempla que el 75% de los espacios habitables resultantes se destinará preferiblemente a alojamientos universitarios en régimen de alquiler y el 25% restante para libre disposición del propietario del edificio. También podrá albergar usos terciarios compatibles con el uso residencial.

Javier Bernalte anunció que se ofertarán «seis unidades de habitación de unos 50 metros cuadrados» y que busca la «introducción de mucha más vida al Casco, subiendo la vida universitaria. Además, es justo decirlo, se demuestra que «con poco dinero y con ingenio se pueden activar acciones patrimoniales que forman parte de un tejido que no debe perderse».