La suerte de 'Flores', principal incógnita en el veredicto del Jurado

J.A.J./Toledo
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Ante la acumulación de pruebas e indicios contra ‘El conejo’, la principal incógnita del veredicto que hoy jueves empezará a deliberar el Jurado del juicio por el asesinato del cazador de Belvís será la suerte que correrá el segundo acusado. Han sido muchos los testimonios que han abundado en la sumisión y el temor que ‘Flores’ sentía ante Rufino González, pero el testimonio de los forenses descartando que actuara movido por el pánico hacia su primo refuerza la teoría  de las acusaciones de que fue un cooperador voluntario y necesario para cometer el crimen.

La letrada de ‘Flores’ insistió en que fuera absuelto, sin plantear la aceptación de una condena alternativa. El fiscal, Ángel de la Cruz, mantuvo su petición de que ‘El conejo’ sea condenado a 27 años de cárcel por asesinato, robo con violencia, y tenencia ilícita de armas; y que a ‘Flores’ se le imponga por lo mismo 24 años aceptándole la atenuante de confesar dónde estaba el cadáver y evitar que en este caso «estemos como con Marta del Castillo».

Aún así, ante las posibles dudas del Jurado sobre que el papel de ‘Flores’ sea equiparable al de el otro acusado, el fiscal ofreció como alternativa que se le considere encubridor  del asesinato y el robo, lo que rebajaría la pena total a ocho años. Justificó esto en el propósito de «atar todos los cabos» y evitar una absolución que ve injusta.

El abogado de la familia, Jesús Lázaro, sostuvo su petición de 28 años de cárcel tanto para ‘El Conejo’ como para ‘Flores’. Sobre el último, descartó que actuara con miedo y señaló que sin él hubiera sido imposible el  estudiado enterramiento de la víctima, lo que impidió que fuera hallada en los rastreos del lugar de los hechos, la finca Los Baños de Aldeanueva de Barbarroya.

‘El conejo’ pide perdón.

Al cerrarse la vista, Rufino González aprovechó su turno de palabra para pedir perdón a la familia de la víctima y lamentó haber cooperado en ocultar el cadáver, pero insistió en que no mató a Fernández Muñoz. Su abogada perseveró con su absolución, pero planteó alternativamente que fuera condenado por encubrir el asesinato con atenuantes, aceptando seis meses de prisión.