Mano a mano,dos conceptos y dos triunfos

Dominguín
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El novillero de Pepino Tomás Rufo estuvo arrollador cortando cuatro orejas y un rabo en Lominchar

Dos novilleros de la tierra se vieron las caras y se enfrentaron en el ruedo de la plaza de Lominchar con motivo de sus fiestas patronales ante cuatro erales de Torres Gallego que facilitaron el triunfo a los actuantes.

Abría cartel el novillero de Cedillo del Condado David Campos, cuyo mentor y maestro es el matador de toros Fernando Cruz, quien ha conseguido hacer de David un ejemplo de capacidad y querer ser que es posible. En su primer novillo estuvo precavido de salida hasta que consiguió poder entender al eral, que salía desentendido de los embroques, a lo que Campos supo sacar algún muletazo de mérito con exposición. Tuvo al público en vilo al sufrir varias feas volteretas que no hicieron desistir al novillero, que volvía una y otra vez ante la cara de la res. Tras caer el astado fue correspondido con palmas por el respetable, que casi llenó el coso sagreño.

El tercero de la tarde, con más cuajo, le dio al de Cedillo la oportunidad de poder destapar el tarro de la esencia que lleva dentro David Campos. Con el capote lo recibió por verónicas y lo remató con dos buenas verónicas. Ya con la muleta, aguantó firme con la muleta por delante la brava embestida del astado, que metía una y otra vez la cabeza en las telas de Campos, que tiraban por derecho y por bajo. Se le vieron detalles muy toreros con pases de pecho de pitón a rabo, toreo por alto de empaque y trincheras que fueron auténticos carteles. Dos orejas le concedieron al novel tras echar por tierra al eral de una estocada entera.

Tomas Rufo recibió a sus dos oponentes con largas cambiadas de valor y torería, que una vez incorporado lo toreó por verónicas, volviendo a rematarlo otra vez de rodillas. Buen tercio de banderillas en el segundo de la tarde de valor y exposición, correspondido por el público. Con la muleta se fue al medio y citó al novillo, que se lo pasó por ambos pitones sin mover los pies de la arena. Luego hizo un toreo fundamental de gran capacidad por ambos pitones, tiró por bajo y largo con la diestra ligando las embestidas humilladas del astado de Torres Gallego. Mató bien y por derecho cortando dos orejas al novillo.

En el que cerró plaza tras recibirle de rodillas, cogió de nuevo los palos y tras ello su poderosa muleta. De rodillas otra vez con la pañosa aprovechando el noble animal, que obedeció a las telas por ambos pitones. Con gusto, mano relajada y baja trazó pases a cámara lenta, ovacionando con oles el respetable cada uno de los embroques de sentimiento que eran acompañados por la voz y la guitarra flamencas que amenizaron las cuatro faenas. No se cansó por ambos pitones y estuvo a gusto y relajado, llegando al final de la faena con la plaza entregada. Dos orejas y rabo para el de Pepino, que salió en hombros con David Campos ante un público que disfrutó de lo lindo viendo dos jóvenes promesas de la tierra.