El último nombre

Marta García / TOLEDO
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El fútbol tiene la culpa de que Victoria comenzara a investigar sobre el paradero de su abuelo Lorenzo Bueno Reojo, fallecido en Gusen, satélite de Mauthausen, en 1941. Su nieta se fijó que en el metro de Berlín figuraba en algunas paradas los nombres de algunos campos de concentración cercanos a esta capital, como el de Ravensbück o el de Sachsenhausen. Y ese día pensó que la pista de su abuelo se había perdido en Alemania y quizá terminó deportado a uno de ellos durante la Segunda Guerra Mundial.

«Mis padres y mi abuela sólo sabían que había fallecido en Alemania, nada más». Y Victoria comenzó a investigar por internet en 2004 buscando algún dato más y se encontró con una lista de reclusos de Mauthausen escrita a mano en la que figuraba el nombre de su abuelo, aunque el primer apellido no coincidía del todo. En lugar de Bueno aparecía Romero, y podía prestarse a confusión a la hora de indagar en archivos y organismos.

A partir de ahí escribió a Cruz Roja Internacional, contactó con el Foro por la Memoria de Toledo, indagaron en archivos,  y ella y sus hermanos hablaron con vecinos de San Martín de Montalbán y con el alcalde para confirmar que su abuelo había sido el único deportado del pueblo, en el que residió  durante algunos años.

«No sabemos demasiado, sólo que le detuvieron en Barcelona en 1938 y un año antes vino a conocer a su hija. Es la última vez que se le vio». Victoria tiene datos que confirman «que se lo llevaron a Francia» y la siguiente pista le sitúa en el campo de prisioneros XI-B de Fallingbostell, donde ingresó con el número 44.281. Las cifras completan el rastro:Fue internado en Mauthausen el 8 de septiembre de 1940, en esos primeros convoyes de deportados españoles;y recibió el número de matrícula 4.367. Cinco meses más tarde ingresó en Gusen, el campo anejo donde se exterminó a la mayoría de los españoles. El deportado 10.965 murió el 15 de septiembre de 1941. Yahí acabó todo. Su nieta no sabe de qué murió, prefiere no imaginárselo.

Aun así, Victoria y sus tres hermanos visitaron Mauthausen y Gusen en 2008 para conocer estos espacios conmemorativos abiertos al público desde hace años. «Allí en el crematorio dejamos un papel con el nombre de mi abuelo». Fue el pequeño homenaje de una familia  que tenía una deuda con Lorenzo, casado con Zoila Manzanilla, que dejó húerfanos a tres hijos pequeños.

Sin nombre. Lorenzo no figura en la placa del monolito a las víctimas toledanas de los campos nazis a pesar de que en su partida de nacimiento figura Toledo y su paso por la inclusa. A su nieta Victoria le gustaría que lo añadiesen, tal y como se comprometió el anterior equipo de Gobierno municipal, y tiene pensado retomar la petición e intentar hablar con la alcaldesa para que Lorenzo Bueno también reciba su homenaje.