«La gente tiene ilusión por comprar prendas buenas»

M. García
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El diseñador asegura que su marca no es para «compras de impulso; es moda lenta, hecha despacito y con cariño». «Tengo clientas que pueden esperar fácilmente tres meses a tener su vestido», asegura

«La gente tiene ilusión por comprar prendas buenas» - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

A Juan Duyos le va el estilo informal. Le gusta ir con ropa vaquera de pies a cabeza a pesar de que su moda se caracterice por el uso del color, la combinación de tejidos, con cierta predilección por los clásicos, y las creaciones únicas basadas en su propio entorno. El diseñador madrileño es inquieto y siempre anda pensando nuevos diseños, estampando su firma en accesorios y con la cabeza puesta en alguna pasarela de prestigio, como Cibeles, que tantas alegrías y renombre le ha dado desde hace años. Ahora Duyos busca su musa en España para su próxima colección, pero sigue recorriendo ciudades presentando las nuevas chaquetillas de cocinero de la Guía Repsol, que llevan su estilo y su nombre.

¿Cómo surge esta iniciativa de colaborar con la Guía Repsol y cambiar el estilo de las chaquetillas de los cocineros?

Me llamaron hace meses de la Guía Repsol y fue un sorpresón porque yo estoy a otras cosas. Las mujeres sois lo principal para mí y de repente vestir los premios soles de los cocineros y cocineras fue una ilusión. Lo que quise fue renovar un clásico.

¿Deja tanto margen de creación una chaquetilla de cocinero?

Sí, deja margen y los que nos dedicamos a la moda siempre podemos inventar. Quise traer la chaquetilla tradicional a nuestros días y quitar todos los adornos superfluos, los botones y las trabillas. Era una chaquetilla que venía de muy atrás, ya que el ejército vistió a los cocineros con la chaquetilla clásica que recordaba un poco a la jerarquía militar. Además, he creado un diseño para la mujer con otras proporciones y para que se sintiera guapa, ya que hasta ahora siempre se ponía la prenda pequeña del hombre.

Pero lo más curioso de todo fue el material. Me llamaron un día y me llevaron a ver el Centro Tecnológico de Repsol, que es como si fuera la NASA, y los investigadores me propusieron un tejido que venía de botellas de plástico recicladas y de algodón reciclado. De ahí ha salido un material ignífugo, resistente al agua y con un montón de características muy novedosas. Este tejido para trabajar de cocinero es muy potente y para estar guapos ya le puse yo la manita de diseño.

¿Este material podría saltar también a tus colecciones futuras?

Realmente las mujeres no me lo van a demandar porque con un vestido mío no van a cocinar en ningún sitio. Es un material con muchas posibilidades para la cocina porque no cala y encima es como si llevases un algodón.

Llevas más de veinte años en el mundo de la moda y el sector ha tenido momentos buenos y otros no tanto.  Tras esta crisis económica que estamos superando todavía, el sector se ha resentido, ha perdido más de 5.000 millones de euros y cerrado 11.000 tiendas en España... ¿Cómo se encuentra ahora mismo?

En 2008 empezamos a notar que era complicada la venta y la competencia. De todas formas, me dedico a la costura, a lo bien hecho, a lo artesano y ahí hay mucha menos competencia y es lo que se le da bien a mi marca. Me suelo comparar mucho con los cocineros porque los diseñadores mezclamos diferentes cosas y  sale una prenda única que da placer a la persona que viste o lo come.

El sector está bastante bien, hay un montón de gente joven haciendo cosas chulísimas y es algo muy bueno. Es cierto que hemos pasado una cornada como todo el mundo en estos años de crisis, pero la gente tiene ilusión por comprarse prendas buenas que perduren en el armario.

Dices que lo que caracteriza tu marca es la pieza artesanal, pero se trata de una moda que no está al alcance de todos.

Es como todo. Tú todos los días no puedes comer en un restaurante de tres soles porque acabas empachado y lo mismo pasa con mi moda. Todos vamos vestidos de grandes superficies y de vez en cuando te pones un modelo único, así que la convivencia de ambas, de la alta moda con la básica, es lo saludable y lo sano.

Esa alta costura no ha entrado con fuerza en Internet a pesar de que la moda vende mucho por este canal.

Las mujeres no quieren comprar mi ropa on line. Tampoco se puede devolver con facilidad. Es algo más experiencial porque comprar mi marca implica que se hace a medida y no es el mismo lenguaje que se maneja en internet, donde estamos acostumbrados a comprar una camisa o una chaqueta vaquera que te vas a poner a diario. Lo mío es otra cosa, como cuando reservas en un restaurante y esperas tres meses porque te apetece. Mi marca no es para realizar una compra de impulso, es la moda lenta, hecha despacito y con cariño. Tengo clientas que pueden esperar fácilmente tres meses a tener su vestido.

El año pasado pusiste a la venta y en las pasarelas de primavera-verano la colección ‘Deseo’. ¿Este año cuál va a ser tu apuesta?

En enero presentó ya la colección de invierno del año que viene y nos hemos adelantado ya a la alta costura de París. Estamos preparando una historia muy bonita en torno a España. Estoy enamorado de mi cultura y estoy realizando un montón de viajes. En Toledo también he flipado y reivindico lo nuestro de alguna manera porque estoy cansado de que siempre miremos hacia fuera.

Así que será una colección inspirada en España. ¿Qué ofrecerás?

Quiero que no sea el típico tópico de España. Es enorme y hay muchísimas Españas por descubrir. Quiero reivindicar la cultura, la comida y el folclore. Quiero hablar de una España moderna, nueva y multicultural.

El año pasado también sorprendiste en el sector por subir a la pasarela a familiares, amigas y personas ajenas a la moda y a los cánones de belleza que se dictan.

Me encanta eso. Mi cotidianidad es la mujer real y todos los días trabajo así porque el soporte de la modelo es para hacer soñar a la gente. En ese desfile que hice con mujeres de mi entorno, es decir, mi hermana, mis vecinas y mis clientas, quería subrayar esa reivindicación de que mi día a día son las mujeres de mi entorno.

¿Es posible que repitas de nuevo?

Eso está ahí siempre. Posiblemente, repita en algún momento porque cada seis meses tengo que contar una historia nueva. Eso es lo que se espera e intento innovar y contar una historia con verdad.

¿Sientes mucha competencia entre los diseñadores?

La hay, pero es buenísima. Es lo sano y si no la hubiera estaríamos todos relajados. Nos llevamos muy bien, de verdad y eso no quita que cuando ves el trabajo de un compañero pienses que te gustaría haberlo hecho a ti. No hay un lado oscuro. Está bien que lo insano y lo sano convivan porque así nos mantenemos a fuego.