Shakespeare vuelve al Rojas con la dualidad del 'El Mercader de Venecia'

I.P.Nova / Toledo
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Arturo Querejeta e Isabel Rodes protagonizan este texto adaptado por Yolanda Pallín en el que la legalidad de una norma 'injusta' llenará el Teatro Rojas durante el viernes y el sábado

 
Un trato con un judío que no puede ser solventado, una historia de amor entre tres jóvenes parejas. Encanto y odio contrapuestos bajo el magistral hilo argumental que sólo podría hilvanar el mismísimo Shakespeare. Este jueves y viernes llegará al Teatro de Rojas la obra El Mercader de Venecia, adaptada por la Compañía Noviembre bajo la dirección de Eduardo Vasco. Un trabajo de estética sobria en el que la magistral interpretación de sus diez actores y la música en director darán vida a uno de los dramas más característicos del afamado autor inglés.
La trama que se presentará en «El Mercader de Venecia» contará la historia de cómo un chico conoce a chica, Bassanio a Porcia. Pero será un encuentro costoso, ya que el galán necesitará 3.000 ducados que pedirá prestados a su amigo Antonio, quien, a su vez, se los pedirá prestados al judío Shylock. El interés ante tal préstamo será caro: una libra de carne de  Antonio si el dinero no vuelve a sus manos.
«En contraposición al canto, a la lealtad y la solidaridad de los dos amigos aparece mi personaje, un judío prestamista», introducía ayer, en rueda de prensa, el actor Arturo Querejeta. El intérprete dará vida a Shylock, el protagonista masculino; un judío prestamista al que sus ansias de venganza le llevan a someter físicamente al  propio mercader, de nombre Antonio, cuando este no puede pagar su deuda. «Shakespeare en este texto nos habla de las cláusulas abusivas. La obra hace preguntarse al espectador hasta qué punto las cosas son legales y justas», argumenta el veterano actor. 
Así se comienza a vislumbrar un conjunto de dualidades, entre lo correcto y lo incorrecto, que también se reflejará en su propio personaje. El judío Shylock es un prestamista que quiere ser reconocido y no ser discriminado por su religión. Una luz, que quiere brillar gracias a su propia fuerza, pero que se ve ensombrecida por su carácter vengativo. «Es un hombre humillado que quiere defender que le traten como a cualquier otro. Es un ser humano con problemas que defiende sus derechos porque le asiste la ley», explica Querejeta. El actor riojano, dando importancia a la actualidad de los textos de dramaturgo inglés, reseñó, además, cómo el valor moral del dinero en la obra es un adelanto a la ingeniería financiera que rige el mundo hoy en día. 
Pero, fuera del lado amargo de la historia, de su drama y su tragedia, también florece el amor de tres parejas. Una de ellas, y en verdad la que desencadena toda la obra, es la que protagoniza Isabel Robles dando vida a Porcia, «una mujer fuerte, decidida y intuitiva siempre de puertas para adentro». Una dualidad personal que también se refleja en su forma de afrontar la vida ya que tiene «todo lo que quiere y no puede hacer nada con ello». 
«La obra es un canto a la vida y a lo peor del ser humano. Vivimos en un mundo en el que por defender nuestro nivel, nuestro estatus, somos capaces de no mirar a los que sufren y a los que se quedan por debajo de nosotros», concluyó la actriz protagonista.
Dualidad de caracteres, de formas de interpretar la ley, de pasiones... Que pondrán espadas en alto para que el Rojas sea, este fin de semana, una sangrienta noche de justicia divina y shakespiriana. Que sea el patio de butacas la nueva Dux y la encargada de determinar si fue justo, o no, el aplauso adelantado.