Cospedal pide libertad, dignidad y justicia para las víctimas del terrorismo

J. Monroy | TOLEDO
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La presidente regional afirmó que no hay razón para premiar a quienes dejan de matar, y los terroristas tienen que cumplir con su castigo

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La presidente de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal, inauguró ayer en el palacio de Benacazón la exposición 'La Guardia Civil frente al terrorismo, por la libertad, por las víctimas'. Lo hizo junto a un grupo de familiares y víctimas, para las que pidió libertad, dignidad y justicia, e insistió en que tiene que haber vencedores y vencidos, y los terroristas tienen que sufrir su castigo.

La exposición itinerante habla de la lucha de la Guardia Civil contra el fenómeno terrorista. Muestra los atentados, los éxitos del instituto armado y la lucha de la sociedad por salir adelante. Cospedal ensalzó el sacrificio del cuerpo ante el fenómeno terrorista, y «el derecho a la libertad, la dignidad y la justicia para las víctimas del terrorismo y todos los españoles».

La presidente regional advirtió que no hay terrorismo que sea justificable. «No hay razón alguna que justifique quitar una vida humana, y no sólo quitarla, tampoco restringirla en su libertar; no hay razón alguna que permita dar por bueno un secuestro, una extorsión, un chantaje, un amedrentar, un no vivir en paz», explicó, para a continuación afirmar que «de igual manera que no hay razón alguna que justifique cosa semejante, tampoco hay razón alguna para premiar o reconocer a quienes lo dejan de hacer».

Para Cospedal, «es un triunfo de la sociedad democrática tener unos valores con los que los terroristas no pueden competir». Porque «nosotros sí defendemos la libertar, nosotros sí defendemos  la democracia, y por eso nosotros sí tenemos legitimidad».

En la lucha contra el terrorismo, prosiguió Cospedal en Benacazón, es importante la unidad de acción de todos los partidos políticos, la actuación de la administración de justicia o la cooperación internacional; pero sobre todo «que todos tengamos claro que en la lucha contra el terrorismo tiene que haber vencedores y vencidos, y que no hay paz posible si no hay dignidad». Otra cosa, prosiguió, «es intentar callar las conciencias». Porque «la paz tiene que estar creada desde la justicia y desde dar a cada uno lo que se merece; a las víctimas, su reconocimiento, y a los verdugos y los asesinos, también su castigo».

Porque aunque en estos tiempos no sea popular hablar de castigo, «en una lucha como la que ha mantenido la sociedad española, con una entereza ejemplar, y una lucha como la que han mantenido las víctimas del terrorismo, con una entereza y una lección de humanidad como pocas, hay que tenerlo muy en cuenta». Porque de lo contrario, el sacrificio no hubiera servido para nada.

Tiene que servir, sobre todo, para que las sociedades española y vasca no se sientan representadas por quienes asesinaban, chantajeaban, secuestraban o hacían difícil la vida de los miembro de la Guardia Civil «cuando lo que hacían era defender la libertad de todos».