Piden sitio a golpe de espada

Sergio Miguel
-

Sin una instalación adecuada. Los clubes de esgrima de Toledo necesitan una sala acorde a sus necesidades para llevar a cabo sus iniciativas deportivas y aumentar su masa social.

Piden sitio a golpe de espada - Foto: David Pérez

Toledo es mazapán, damasquinado y espada. O espada no tanto, quizás. Sobre todo si se atiende a la actividad de la esgrima, un deporte anclado a la tradición de la ciudad pero que carece de los medios necesarios para cobrar la relevancia que merece en la capital regional.

De defender su supervivencia en el plano deportivo se ocupan el Club de Esgrima Toledo y el Club de Esgrima San Lucas, dos entidades que trabajan con más de ochenta personas cuyo nivel no puede crecer mucho más por la falta de instalaciones. Y es que se echa de menos una sala adecuada para cubrir las necesidades de una disciplina centenaria que podría contar con una mayor difusión si se ponen los medios adecuados.

Así lo entiende Carlos Toledo, del San Lucas, quien admite que «no termina de despegar porque las instalaciones que tenemos no nos lo permiten». En concreto, una habitación dentro del pabellón cubierto de la Escuela Central de Educación Física que debe compartirse con otras actividades como el yoga o los bailes de salón.

La consecuente reducción de horas y de espacio, porque sus dimensiones son reducidas, limitan la capacidad de acción de los clubes toledanos de esgrima para llevar a cabo sus interesantes iniciativas. Los políticos, da igual el bando, las conocen, pero nadie mueve ficha para destinar un espacio en las que promocionar un deporte emparentado con la Ciudad Imperial.

«Cada vez que realizamos alguna actividad de promoción, se cosecha un éxito muy grande», indica Carlos Toledo, que pone sobre la mesa algunos ejemplos. En caso de tener un lugar exclusivo y más amplio, «podríamos organizar actividades para los colegios por las mañanas, que después tendrían proyección en ligas escolares de esgrima que ya se pueden ver en otras disciplinas deportivas». Además, «por la tarde, permitiría fraccionar los grupos de entrenamiento por niveles y diversificar los objetivos, incluyendo esgrima antigua o escénica».

Grandes ideas que para Toledo «resultarían rentables, tanto para los clubes como para la ciudad». Y es que no se le olvida que «se pueden completar el producto ofreciendo, después de una clase de esgrima a colegios de la provincia o de la periferia de Madrid, una visita guiada al Casco Histórico y a algún museo». El ejemplo, las clásicas excursiones para practicar patinaje, esquí o senderismo, pero con la espada como protagonista.

Heliodoro Martín, presidente del CE Toledo, habla con la voz de la experiencia al recordar que «también se ha propuesto en alguna ocasión hacer un museo de la espada, con su sala de armas que podría utilizarse, y unir allí todas las vertientes, con una exposición que incluya también la promoción de la industria y la posibilidad de ver una exhibición».

Pero ninguna iniciativa ha cuajado y el último en escucharlas, «Felpeto, se mostró interesado en un principio, pero no se supo mover para conseguir una instalación». Y eso que, como dice Heliodoro Martín tirando de memoria, «en el primer programa electoral del PSOE para el Ayuntamiento se decía en su punto 69 que iban a promocionar la esgrima como deporte autóctono de Toledo».

La ciudad no ha dado siempre la espalda a un deporte que lleva en su esencia, sino que hubo un tiempo, como indica Martín, «en el que dispusimos de la sala en exclusiva, desde el año 1992 y durante tres o cuatro ejercicios; entonces, se podían dedicar cinco horas al día a perfeccionar y salían campeones de España, deportistas para el equipo nacional, se podía competir en el extranjero y se abarcaban otras disciplinas, como la esgrima en silla de ruedas».

Ahora, Carlos Toledo dice que «hay que conformarse con menos horas y, cuando los niños cumplen una edad determinada, tienen que limitarse a practicar esgrima de ocio y no deportiva».

Campeón de España. Más de una treintena de los integrantes de los clubes toledanos son menores de quince años, por lo que se puede entender que hay cantera. Incluso, en algún año hubo lista de espera para apuntarse a una actividad que ha dado sus frutos a pesar de las dificultades.

«Hemos tenido campeones de España en las categorías de niños y, concretamente hace dos semanas, Daniel Antón se llevó el oro en el Nacional de Madrid para menores de diez años», apunta Carlos Toledo. Este éxito sirve para que la esgrima reclame un sitio en su ciudad a golpe de espada.