Adolfo de Mingo Lorente
Toledo
La recreación de personajes o escenas representativas de la historia de la pintura, los denominados tableaux vivants o ‘cuadros vivientes’, constituye una práctica habitual dentro de la fotografía desde mediados del siglo XIX. Sea como mero ejercicio de recreación o como alegato repleto de intencionalidad simbólica -la reconstrucción de la Santa Cena de Leonardo da Vinci con mendigos propuesta en Viridiana por Luis Buñuel es uno de los ejemplos más conocidos dentro del cine-, gracias a los ‘cuadros vivientes’ podría plantearse una auténtica historia paralela del retrato a la que no son ajenas pinturas tan icónicas y singulares como la Dama del armiño.
De hecho, las reinterpretaciones del tema realizadas en los últimos años por profesionales y amateurs de la fotografía han sido bastante numerosas. El holandés Erwin Olaf, por ejemplo, recortó al personaje femenino sobre una celosía en una de sus series pictóricas -de la que forman parte personajes tan memorables como su visión de la Santa Apolonia de Zurbarán-, situándolo asomado a una peculiar ventana circular. Los elementos más representativos del cuadro atribuido al Greco (la delicada prenda de piel que le presta nombre, la toca blanca sobre un alto peinado, los puños de encaje y los anillos en una de las manos) pueden ser hábilmente recreados por los profesionales de la imagen y la moda. En ocasiones, como propuso el diseñador Antonio Aguado para una de las imágenes del proyecto Theotokopoülos, celebrado recientemente en Toledo, el atuendo de la Dama del armiño cobra vida a través de materiales inclasificables, como las espigas de trigo alrededor de la modelo Elena Scorosanu. El famoso retrato también puede ser interpretado con intencionalidad social, algo propuesto por el fotógrafo francés Pierre Gonnord en una de las imágenes que componen la exposición Entre el cielo y la tierra. Doce miradas al Greco 400 años después, recientemente instalada en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y comisariada por Isabel Durán. Esta muestra podrá ser contemplada después del verano en Madrid, en la Real Academia de San Fernando.
Las visiones sobre el personaje, por tanto, pueden ser muy diversas. Es habitual contar con la Dama del armiño entre los retratos elevados a categoría de iconos de los que se valen los recreacionistas históricos o los alumnos de fotografía. En octubre de 2011, para terminar, Tony Mac propuso una personal (o más bien impersonal) visión del personaje para un concurso organizado por la cadena de televisión estadounidense NBC en donde los espectadores eran invitados a reinterpretar fotográficamente los grandes clásicos del arte.