Toledo aprueba al fin su estrategia de ciudad para acceder a Fondos FEDER

F. J. R.
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La Junta de Gobierno aprobó ayer el expediente, que será elevado a Pleno para su entrada en vigor, tras cinco años aparcado en un cajón del Ayuntamiento. La Unión Europea exige el documento para acceder a dos líneas de crédito

Tarde, mal y después de advertencia, pero Toledo ya tiene aprobado su Plan Estratégico Horizonte 2020. El documento, aparcado en un cajón del Ayuntamiento desde junio de 2010, va a poder al fin rentabilizar los 76.000 euros que costó su redacción. Todo gracias a la advertencia lanzada desde Izquierda Unida, que el pasado mes de diciembre alertó al equipo de Gobierno municipal que era obligatorio contar con estrategia de ciudad para optar a las futuras ayudas de desarrollo sostenible de la Unión Europea.

Y es que, de cara a este año, los Fondos de Desarrollo Regional (FEDER) han convocado para España dos líneas de ayudas que permitirán acceder a una cofinanciación de las actuaciones al 50 por ciento. Estas dos líneas de los próximos Fondos FEDER, con 1.500 millones de euros de presupuesto cada una, están centradas en «proyectos singulares de economía baja en carbono», que abarca aspectos como la eficiencia energética o la movilidad sostenible, y que cuentan para toda España con 500 millones de euros; y en «actuaciones integradas de desarrollo urbano sostenible», que tienen que tener en cuenta aspectos urbanísticos, sociales, energéticos, económicos, etc., y que alcanzarán los 1.000 millones de euros para nuestro país. Una oportunidad de sacar adelante nuevos proyectos que Toledo no se podía permitir y que finalmente, toque de atención incluído, ha empujado al PSOE a aprobar el Plan Estratégico.

La idea de elaborar una estrategia de ciudad se fraguó en la primera legislatura de aún alcalde Emiliano García-Page. Fue un proyecto que contó con una amplia participación social y que estuvo apadrinado por el exalcalde Juan Ignacio de Mesa (1979-1983) y el exconcejal socialista Ángel Felpeto. Además, el documento contó para su elaboración con el apoyo de los tres grupos políticos en el Ayuntamiento (PSOE, PP e IU).

Con todo, a pesar de estar terminado y listo para su aplicación en 2010, nunca ha llegado a iniciarse como tal, aunque algunas de sus directrices sí que se han ido cumpliendo por la mera inercia de la ciudad.

El plan de ejecución fijaba un total de 37 acciones organizadas en diez líneas englobadas en cuatro ejes y el plan de control y seguimiento establecía tres etapas. La primera, ya totalmente caducada, abarcaba los años 2010, 2011 y 2012. Se consideraba «fundamental». Establecía acciones a corto plazo, como incrementar la presencia de Toledo en foros nacionales e internacionales o reforzar el carácter de la ciudad como sede de congresos. Ambas consideraciones se han cumplido en gran parte gracias al reciente Año Greco y la inauguración del Palacio de Congresos.

La segunda fase, en la que estaríamos inmersos, abarca desde 2013 hasta 2016, y en ella se planean asuntos del área metropolitana. Es evidente que, sin un Plan de Ordenación Municipal en vigor, y con muchos de los proyectos a los que se hace referencia en el plan estratégico en el aire (Quixote CREA y ferial de Safont), es más que necesario plantear una remodelación del Plan para actualizar sus tiempos y encuadrar sus actuaciones en un marco más real.