El concejal talaverano fue advertido por un vecino del templo de la existencia de grúas y la retirada de uno de los dos nidos que existían en el campanario del edificio, Bien de Interés Cultural, aprovechando la intervención para la rehabilitacioón de una parte de la cubierta ante la aparición de goteras en su interior.Sánchez llegó al edificio minutos después de las ocho de la mañana, cuando ya habían retirado parte de uno de los dos nidos de la espadaña, y alertó no solo a Policía Local, sino también Nacional y a la consejería de Agricultura y Medio Ambiente a través de los agentes ambientales, ya que «destruir los nidos de cigüeña o molestarlas en época de cría es un delito tipificado en el Código Penal artículo 334 incluso con pena de carcel o inhabilitación y aquí da igual», explica junto a la Basílica talaverana. Allí ha permanecido toda la mañana junto a responsables de Ardeidas, para intentar evitar que se quitara el segundo nido del campanario y el existente en la cúpula.