¿Qué suena por ahí arriba? Se preguntaban varias hombres de mediana edad al inicio de la calle Hombre de Palo. Dos minutos después se encontraban un dragón chino de varios metros llegando por la calle Nuncio Viejo. Decenas de personas participaron ayer de un vistoso desfile organizado en el Casco histórico de Toledo, convertido en el epicentro de la fiesta del Año Nuevo chino. Las calles se llenaron de danzas, tambores, música y color, ingredientes esenciales para dar la bienvenida al año del perro, animal protagonsita en 2018. El Instituto Confucio y la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) organizaron una propuesto, centrada en generar sinergias y conocimiento mutuo entre las distintitas culturas, y escenificada por un grupo de personas chinas que procedían de Madrid y están especializadas en este tipo de celebraciones.Los toledanos y turistas que se encontraban al séquito no salían de su asombro, sacando al instante sus teléfonos móviles para inmortalizar el momento.