Homenaje en Toledo en 1924

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El Ayuntamiento dedicó a Maurice Barrès la bajada del Barco. El acto estuvo encabezado por el doctor Gregorio Marañón y René Bazin, entre otros intelectuales y académicos españoles y franceses

Adolfo de Mingo Lorente

El Ayuntamiento de Toledo dedicó a Barrès la Bajada del Barco el 15 de junio de 1924, cuando apenas habían transcurrido seis meses de su muerte. Noventa años después, todavía sorprende la rapidez con la que se desarrolló este homenaje, que contó con la participación de personalidades como Mariano Benlliure, Azorín, Eugenio d’Ors y Maurice Legendre, entre otros intelectuales españoles y franceses. El doctor  Marañón, que había adquirido el Cigarral de Menores apenas tres años atrás, fue el principal organizador de una jornada que Fernando Fresno, probablemente el mejor caricaturista de prensa del momento, inmortalizó como un nuevo Entierro del conde de Orgaz, que reproducimos en la página siguiente.

Según se desprende de las crónicas de la época, desde un primer momento hubo consenso para dedicar una calle al escritor. Al principio se habló de la Calle Carretas. Finalmente se optó por la Bajada del Barco, «esta rúa estrecha que alguna vez siguiera Mauricio Barrès para ir a la Virgen del Valle», según publicaría en La Voz el crítico José Francés. Además de las autoridades (el alcalde José Benayas y el gobernador Joaquín Castaños), celebraron la decisión de homenajear a Barrès en la ciudad el doctor Delgado, el escritor  Jiménez Rojas, el médico y editor Gómez de Nicolás y el periodista Camarasa, sin olvidar al novelista Félix Urabayen.

Los asistentes se desplazaron a Toledo en automóvil. Tras una breve parada en Illescas para visitar las pinturas del Hospital de la Caridad, iniciaron su visita por la Casa del Greco, en donde fueron recibidos por el marqués de la Vega-Inclán, comisario regio de Turismo. A continuación, tuvo lugar la recepción oficial en el Ayuntamiento y el descubrimiento de una pequeña placa de cerámica, obra de Juan Ruiz de Luna y desaparecida en la actualidad. Pronunciaron unas palabras, después del alcalde, el hijo de Barrès, Philippe, y el periodista y escritor José Martínez Ruiz, ‘Azorín’. También intervino el célebre escritor y académico francés René Bazin. La jornada, que incluyó un espontáneo homenaje a Galdós en la Calle de Santa Isabel, transcurrió después en la iglesia de Santo Tomé y el cigarral de Buenavista, entonces recién comprado por el conde de Romanones.

Los toledanos olvidaron pronto a Barrès. La Real Academia propondría apenas unos meses después la retirada de la dedicatoria por no ser toledano el escritor, según veremos más adelante. Su viuda, no obstante, agradeció en un telegrama el honor que se le hacía. La municipalidad de París, incluso, se comprometió a devolver el homenaje creando una calle de la Ciudad de Toledo en la capital francesa, algo que, por lo que sabemos, no se ha producido todavía.