La provincia perdió 20.000 trabajadores entre 2010 y 2016

Á. de la Paz
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Toledo cerró 2016 con 224.200 trabajadores. Todas las actividades productivas, salvo la agricultura, cuentan con un volumen de empleados menor al de 2010

La provincia perdió 20.000 trabajadores entre 2010 y 2016 - Foto: David Pérez

La provincia de Toledo perdió 19.200 empleados entre los años 2010 y 2016, según las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra confirma cómo la crisis económica afectó más severamente al mercado laboral. Mientras que 2010 Toledo contaba con 243.200 trabajadores, en 2016 eran 224.200 personas las que disfrutaban de un trabajo registrado. Aunque la comparativa entre los PIB de ambos años muestra la recuperación plena en la riqueza de la provincia, los registros referidos al número de trabajadores evidencian las dificultades en este ámbito. El empleo sigue siendo la asignatura pendiente en el actual periodo de recuperación y expansión de la actividad.

La crecida en el número de trabajadores que se dedican a la agricultura es el rasgo más destacado en el mercado de trabajo toledano. El sector primario es el único que consigue un saldo positivo en los últimos años. En 2016 hubo más empleados en este tipo de labores que los que se contabilizaban seis años antes. La cifra es sorprendente dado ningún otro sector consiguió crear empleo neto. Además, la mejora de esta actividad, tanto en su productividad como en el nivel de recursos empleados para ello, cuestiona la idea extendida acerca de la irreversible desagrarización de la economía.

La construcción acumula la mayor caída laboral en términos relativos. El empleo en este sector se desploma desde los 28.400 trabajadores de 2010 a los 16.900 de 2016. El frenazo en la promoción inmobiliaria produjo un brutal ajuste en la mano de obra requerida para la edificación de nuevas casas.

También es llamativa la caída en el total de empleados asalariados en Toledo, una reducción que alcanzó las 19.800 personas. La diferencia entre la pérdida total de trabajadores y la minoración entre aquellos que lo hacen por cuenta ajena sugiere cómo parte del empleo recuperado surge del autoempleo. La construcción, las actividades financieras y el ámbitos de la función pública son tres de los sectores que más nóminas han perdido en este lapso de tiempo. El sector primario, por su parte, tiene más mano de obra asalariada que en los primeros años de la crisis económica, prueba del mayor tamaño de esta actividad en la provincia.