«Ha llegado la hora de apostar por el gran Santa Cruz de una vez por todas, incluida la ampliación por el convento de Santa Fe, incluidas las sedes cerradas de Taller del Moro y la Casa de las Cadenas». Si en algo coincidieron ayer los participantes en la tertulia organizada por el Ateneo Científico-Literario de Toledo a propósito de la polémica surgida en torno a la reorganización de pinturas del Greco en el Museo de Santa Cruz fue en este asunto: es necesario poner punto final al sueño de los justos en el que se encuentra sumida la que podría ser, por el volumen de sus fondos y la importancia de determinadas piezas, una de las colecciones de arqueología y bellas artes más importantes de España. Tanto el historiador del arte y bibliotecario Antonio Casado Poyales, expresidente de la Federación Española de Asociaciones de Archiveros, Bibliotecarios,Arqueólogos, Museólogos y Documentalistas (Anabad) en Castilla-La Mancha, portavoz de la Plataforma en defensa del Museo del Greco, como el filólogo, profesor y articulista Antonio Illán, partidario del traslado y reorganización, se manifestaron firmemente a favor de potenciar el Museo de Santa Cruz con independencia de que pudiera producirse el supuesto traslado de los Grecos o no.
«Si la Junta de Comunidades no tiene claro en qué invertir sus millones, que lo haga de una vez por todas en el gran Santa Cruz, que puede ser complementario del Museo del Greco actual», expresó Casado Poyales, quien añadió que también el Ministerio de Cultura debería implicarse en la ampliación del centro dedicado a Domenikos Theotokopoulos, para el que dispone de un solar adquirido de 600 metros cuadrados, 1.200 en total. Según explicó Consolación Pastor, que fue directora del Museo del Greco, desde hace años está previsto construir en esta fase un taller de restauración con su dotación correspondiente, una biblioteca acondicionada para investigadores y un salón de actos fijo que permitiría sustituir al aula polivalente existente en la actualidad. «Precisamente todo lo que los detractores del actual museo echan en falta».
Durante la tertulia, que presentó y moderó el presidente del Ateneo, Juan José Fernández Delgado, se debatió sobre si un Museo del Greco de pequeñas dimensiones es compatible con el siglo XXI («como el Museo Sorolla de Madrid», según Casado) y se comentaron las recientes declaraciones del deán de la Catedral en las que planteó su deseo de que los Grecos propiedad del Cabildo que custodia el Museo de Santa Cruz puedan ser trasladados al Templo Primado e integrados en el nuevo discurso museológico en el que en la actualidad trabajan sus responsables.
Con la posición de la Iglesia a propósito de este asunto fue especialmente crítico Antonio Illán, quien consideró que los religiosos «no están en la polémica, sino en el negocio de los Grecos». El profesor del IES Sefarad expresó su deseo de que la sociedad toledana vea al Greco «como un icono cultural con poder de atracción por sí mismo» y que la propuesta de reorganización en Santa Cruz (a la que calificó únicamente de idea por parte de profesionales) consiga convertir al conjunto toledano «en un Guggenheim o un Gulbenkian, o en un modelo similar al del museo dedicado a Van Gogh en Amsterdam».
La tertulia finalizó, como suele ser habitual en este tipo de encuentros en la ciudad de Toledo -sean organizadas por el desaparecido Grupo Tolmo, por el Círculo de Arte o por el Ateneo-, lamentando el escaso compromiso de las administraciones y la Iglesia con los bienes culturales de la ciudad. Según iba concluyendo el debate, quedó en el ambiente la siguiente pregunta de Consolación Pastor: «¿Por qué nunca participan en estos debates públicos otros profesionales de los museos de la ciudad?».