Faltan muy pocos días, tan solo dos, para que parta el avión que lleve de vuelta a los 26 niños saharauis que han pasado este verano en Toledo. Regresarán al desierto del Sahara, al campamento de refugiados de Tindouf.  Allí  les esperan  impacientes sus familias pero su ‘otra familia’,  la toledana,  los despidió ayer en una celebración en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, donde hubo merienda, cuenta-cuentos y juegos.  Había caras alegres y otras más tristes, sentimientos encontrados que se entremezclaban por la añoranza de regresar a su sitio de origen y la nostalgia anticipada por dejar a quienes les han dado tanto cariño durante los últimos dos meses. Aunque este adiós en muchos casos es un ‘hasta pronto’, ya que muchos de ellos regresarán el verano que viene.

Se finaliza así el proyecto ‘Vacaciones en Paz’ coordinado por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui que este año ha sido todo un éxito. Fue en julio cuando llegaron a Toledo  26 niños, una cifra considerable  comparada con la del año pasado, cuando fueron 18. Alrededor de 15 niños van a repetir la experiencia el próximo verano.

Aparte de esta Asociación, en la provincia de Toledo operan otras cinco, gracias a las cuales alrededor de unos 100 pequeños  han disfrutado este verano con sus familias de acogida. En Castilla-La Mancha la cifra gira en torno a 400 niños.

En el caso concreto de Toledo, este proyecto ha sido posible gracias al convenio de colaboración que suscribió el Ayuntamiento, con una ayuda de 5.000 euros destinada a cofinanciar la estancia y el transporte de los niños.  La Asociación por su parte realiza todo tipo de actividades para financiar, no solo la estancia en verano de los niños, sino también prestar la ayuda humanitaria que tan necesaria es en los campos de refugiados del Sáhara. Un buen ejemplo de ello es la V Edición del Día de la Bicicleta, que se organiza en colaboración de la Asociación de Vecinos ‘El Tajo’ para recaudar fondos para esta finalidad y que se llevará a cabo el próximo domingo.

Durante los meses de julio y agosto los pequeños  han disfrutado de todo tipo de actividades, como la excursión que realizaron a la Granja-Escuela de Cobisa, entre otras que han hecho de forma particular con sus familias de acogida como jugar al fútbol, practicar natación o hacer rutas en bicicleta.

Los menores, que tienen entre 10 y 13 años (exceptuando el caso especial de Anita, que tiene 16 meses) se han adaptado muy rápidamente a las familias toledanas. Además de pasarlo bien en estos dos meses, regresarán al Sáhara hablando perfectamente castellano. «Allí estudian español, pero es increíble la soltura con la que terminan hablándolo» señala Ana, la presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui.

Ellos se van, pero mantendrán el contacto a través de llamadas telefónicas y cartas. Además muchos de los pequeños esperan volver el año que viene a visitar de nuevo a su «familia española».