Del cerdo se aprovechará todo, pero menudo problema es el que provocan sus purines (la mezcla que se genera con su orina y excrementos) por sus elementos contaminantes. Hasta la fecha se permitía repartir sobre el terreno agrícola, sin superar una serie de límites al año. «Se supone que aplicando esa cantidad anual no llegas a perjudicar a los acuíferos», explicó ayer el secretario general de Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Castilla-La Mancha, Julián Morcillo. Morcillo señaló que el Ministerio ha impuesto que desde el 1 de enero se haga a través de inyectores que introducen los purines directamente en la tierra. Hasta ahora se usaban otras técnicas como el abanico o plato, pero el responsable de UPA comentó que consistían en lanzar «el purín a cierta altura y distribuirlo por el suelo», lo que puede provocar la evaporación del nitrógeno.Morcillo no se opone a que cambien de sistema, pero pide un aplazamiento porque supone de media una inversión de 10.000 euros.