La suerte del Gordo sonrió a La Sagra, una comarca que no conocía el premio más célebre de la lotería en España. El 03.347 «un número raro, con dos treses repetidos y seguidos», como le definió Francisco Palacio, su vendedor, llevó la alegría hasta El Viso de San Juan. Este municipio del norte de la provincia, próximo al límite con la Comunidad de Madrid, se llevó el honor de un primer premio repartido por todo el país. El terminal expendedor 77760 que Francisco tiene en su tienda, un comercio de papelería, librería y prensa, repartió uno de los décimos. Esta lotería de máquina, sin el boato del billete tradicional con obra de arte en el anverso, supondrá 400.000 euros de premio para quien la guarde. Nadie sabe dónde están el resguardo, aunque suponen al afortunado de esta zona, quizás del propio municipio.
Francisco seguía el desarrollo del sorteo a través de la señal de televisión con la que Loterías y Apuestas del Estado (LAE) proveé a sus asociados. «Y de repente la imagen se detuvo y apareció el cartel que decía que el Gordo había tocado aquí”, explica aún emocionado el afortunado expendedor. Vende lotería desde hace poco tiempo y el de la Navidad de 2018 es el mayor premio que ha repartido. El Gordo «da la fama», dice. Desde ayer se sabe tocado por el fetiche del éxito, por el amuleto de quien ha regalado gloria.
El teléfono suena cada pocos minutos. A todos les responde con un guion similar: los pocos años abiertos, el desconocimiento de quién es el afortunado, la ausencia de clientes reclamando ser el ganador, el pensar que el que lo celebra pudo estar de paso o que quizás vive cerca, el no saber si los euros se quedarán en la zona o habrán volado lejos.
Cree haber vendido cinco décimos, un total de dos millones de euros. LAE confirma por la tarde que sólo un número se ha vendido en El Viso de San Juan.
La familia está eufórica. Llega Rosario Pons, la mujer de Francisco, la mitad de Palacio & Pons, el negocio de ambos. No tardan en entrar los dos hijos de la pareja, una cuñada, un suegro, muchos vecinos, algún cliente despistado preguntando por quinielas, primitivas y fotocopias. La alegría se comparte, el teléfono sigue sonando. El número no es uno de los que su establecimiento tenía consignados. Alguien lo pidió ex profeso. Tal vez sea una fecha: 3 de marzo de 1947, un nacimiento, algún aniversario.
Pitan los coches que pasan por la puerta. La gozosa noticia ha empezado a correr rauda por El Viso de San Juan. La tienda está ubicada en una de las arterias principales de la localidad, calle José Antonio hasta hace poco. Llegan las cámaras de televisión y se descorcha la primera botella de sidra. La delegada provincial de LAE llevará después las camisetas blancas que tantas administraciones y loteros de España se están poniendo al mismo tiempo. También les entregará el cartel oficial que reza que el Gordo de la Navidad ha sido vendido aquí.
El matrimonio joven sonríe alegre. Francisco imprime el número, lo pega a una tabla y ata orgulloso el cartel a una farola. Los que se acercan les felicitan. Para algunos es el día de la suerte; para los más, el de la salud; para otros, el del cariño. El Gordo ha tocado aquí. Donde nunca hasta ahora lo había hecho.
El Viso se suma a Talavera (1985, 2007), Mocejón (1990) y Quintanar de la Orden (2013) como enclaves toledanos de premio Gordo.