Los vecinos del entorno no quieren aguantar «ni un día más» y se ven «los perjudicados»

J. Monroy | TOLEDO
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Indignación entre los vecinos de las urbanizaciones del entorno por el nuevo retraso en la apertura de la carretera N-403. El portavoz de la Asociación de Vecinos Río Chico, Valentín Romeral, afirmó ayer que el vial no debe esperar «ni un día más», y tiene que estar funcionando hoy mismo.

«Lo principal es que las obras están acabadas, por lo menos entre las urbanizaciones y la plaza de Ávila, y entendemos que no se debe dilatar ni un minuto más su apertura», argumenta Romeral tras nueve meses con el vial cortado. Las obras han supuesto el cierre de una arteria principal para entrar y salir de Toledo, lo que ha obligado a muchos residentes en el entorno a hacer recorridos alternativos, sufrir atascos o tener que dar mucha más vuelta en el autobús.

Y mientras los vecinos siguen sufriendo, explica Romeral, ven declaraciones en la prensa en las que Delegación de Gobierno y Ayuntamiento se recriminan mútuamente.

«Independientemente de las cuitas y las rencillas que puedan tener entre ellos, lo que tienen que atender es las necesidades de los vecinos de la zona», argumenta Romeral. El portavoz vecinal reconoce que cada vez que ha llamado a una puerta, las administraciones le han contestado. El lunes la Asociación se reunió con el Delegado del Gobierno, Jesús Labrador, y durante la mañana de ayer él mismo habló con el concejal de Movilidad, Rafael Perezagua. Uno y otro les advirtieron que lo importante era que se abriera la carretera, pero recordaron los motivos ya argumentados en la prensa para que no haya sido así hasta el momento.

Romeral reitera que «lo importante en la sociedad tenemos que ser los ciudadanos, que somos los que pagamos con nuestros impuestos las carreteras y mantenemos a las administraciones, que están para gestionar de la mejor manera posible los recursos que tienen a su disposición para los ciudadanos». De ahí que la carretera no deba estar cerrada «ni un día más», una vez que concluyó la obra.

Es cierto, reconoce Romeral, que la obra inicialmente estaba prevista para 18 meses, y que tras hablar con los vecinos, la Delegación de Gobierno los rebajó a nueve. La Asociación lo reconoce, pero no entiende «que para hacer una acera y un carril bici de poco más de dos kilómetros se tarde 18 meses, si la administración trabaja así, no es útil para los ciudadanos». Porque la adecuación del arroyo ya estaba terminada antes.