El Casco pierde en cuatro años un 5,7% de su población

J.Monroy/Toledo
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Vecinos y oposición se muestran preocupados por este importante descenso, que ha sido mucho más pronunciado durante los dos últimos años. El Ayuntamiento lo achaca al retorno de los inmigrantes a sus países

La pérdida de población del Casco se ha acelerado durante los últimos cuatro años. Según los datos del Padrón Municipal de Habitantes, entre el 1 de enero de 2009 y el 1 de enero de 2013, la zona amurallada ha perdido 656 habitantes, un 5,7 por ciento de la población. Pero lo más preocupante es que en los últimos años es todavía mayor. Así, si en 2009 el Casco perdió setenta personas; en 2010 fueron 97; 127 en 2011; y 362 en 2012, último año con datos oficiales.

Esta situación del centro histórico llama la atención por cuanto en el mismo periodo de tiempo la población de la ciudad en su conjunto ha pasado de 82.389 a 83.788. Además de la zona amurallada, han perdido habitantes el barrio de San Martín (31 personas en cuatro años), Santa Bárbara (187), Palomarejos (453), Santa Teresa (476), la zona de Vega Baja (26) y Buenavista (64). Pero lo peor es que el descenso de habitantes del Casco se acumula al de décadas anteriores, y eso sobre todo dificulta la recuperación de una zona con importante patrimonio e historia.

Iniciativa Ciudadana llevó estos datos a la última Junta de Distrito del Casco, alarmada por el descenso poblacional. Apoyada por los grupos de la oposición, arrancó del equipo de Gobierno la creación de un grupo de trabajo que estudie la situación y busque soluciones. Sin embargo, el Ejecutivo socialista no quiere que esta situación alarme en la ciudad. El concejal de Participación Ciudadana, Antonio Guijarro, explica que en el Casco no hay otro problema distinto al de otras ciudades y barrios de la ciudad. La crisis económica ha hecho que muchos inmigrantes vuelvan a su país. Y esto se ha notado más en barrios como el Casco, donde hay una mayor población inmigrante.

A partir de ahí, Guijarro se muestra dispuesto a aceptar ideas de todos los colectivos. Pero recuerda que en estos momentos se está produciendo en el Casco una importante dinamización comercial. El turismo ayuda a fijar población. Además, la renovación del mercado de minoristas va a darle un impulso al mismo.

La oposición, alarmada. Sin embargo, los grupos de la oposición no se muestran tan tranquilos como el equipo de Gobierno con este descenso de habitantes en el Casco. El portavoz del PP en la Junta de Distrito, Rubén Lozano, señala que no sólo es que el centro histórico pierda habitantes, es que «cada año pierde más». Y pide medidas para solventarlo.

Lozano está convencido de que lo que pasa es que al final muchos residentes desisten de vivir en el Casco por sus carencias y problemas. El primer problema, a su juicio, es el aparcamiento. Cada vez se quitan más  plazas, y además los residentes no pueden pasar a los ejes peatonales. En consecuencia, se da la paradoja de que hay plazas vacía en algunos ejes, como en Valdecaleros, mientras que muchos residentes, como los de Santo Tomé, dan varias vueltas por su zona en busca de estacionamiento. El segundo problema para el PP es la falta de comercios para los residentes del Casco, «porque se están focalizando todos a la artesanía, damasquinado e imanes para la nevera, y al final no tienes donde comprar».

IU, recuerda su portavoz en el Casco, Javier Mateo, ya alertó hace tiempo de que el centro histórico estaba perdiendo habitantes. Mateo entiende que la dejadez del Ayuntamiento está convirtiendo el Casco en un parque temático, únicamente para turistas. Hace tiempo, ironizó en Junta de Distrito con que se trataba de una zona en la que los visitantes podían comprar recuerdos de Sevilla sin necesidad de bajarse del coche. «El Casco no se defiende presumiendo de él, sino trabajando», advierte, y recomienda a quienes se muestran orgullosos de lo lleno que está, que se den un paseo por las calles que no son turísticas, que están vacías. Eso, evidentemente, perjudica a los vecinos. Más allá de las lecturas generalistas sobre la crisis y la inmigración, que reconoce que pueden influir, el portavoz de IU advierte que el Casco lleva treinta años perdiendo habitantes.