«Las figuras no lidian mis toros porque no se lo exigen; ni lo piden ni lo necesitan»

Álvaro de la Paz / Yuncos
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Entrevista al ganadero Antonio Miura, uno de los participantes en las Jornadas de Tauromaquia de Yuncos.

Está feliz hablando de toros, su pasión, la que riega la tierra en Zahariche y de la que su familia no puede separarse. El sevillano desgrana los secretos de una casta única y reclama las peculiaridades de la ganadería de la A con asas. Sobre su casa se asientan las tauromaquias decimonónicas, de la edad de oro y la edad de plata de sesentas y setentas y una contemporaneidad que coincide con un momento lustroso del hierro mítico. Las V Jornadas de la Tauromaquia de Yuncos celebraron un coloquio con el representante de una casa fundada en 1842 y que transita por la cuarta generación.

¿Qué características hacen del toro de Miura un animal diferente? ¿Cuáles le hacen tan peculiar?

Morfológicamente es un toro con un cuello largo, también largo de cara a pitón y recogido en el vientre, sin barriga. Su salida al ruedo es espectacular: mira al público, se para y lo desafía moviendo la cara. Además, genera problemas a los toreros por su listeza y por su dureza. Transmite.

Es la suya una ganadería de época, legendaria. Pero las figuras ya no se apuntan con Miura, ¿por qué?

Las cosas ahora van por otros derroteros. Tampoco nadie, ni afición ni prensa, lo exige y ellos no lo necesitan. Es lógico que decidan torear aquello que consideren más conveniente. Como también es lógico que quien elija ponerse delante sea alguien capaz. El problema viene cuando la primera actuación de algún torero es en agosto y con Miura. Eso nos preocupa. ¿Y si sale el toro problemático? Eso es peor para todos, un sufrimiento añadido.

Existe la sensación de que estas últimas temporadas el momento de Miura es mejor. Sevilla en 2013, Madrid en 2014, también Las Ventas el pasado año, Valencia en la Feria de Julio…

Tampoco tenemos esa sensación. No, no creo que hayamos pasado por momentos buenos y malos. Sí puede haber ocurrido que hayamos tenido éxitos o triunfos en plazas de mayor repercusión. Pero afortunadamente nos seguimos manteniendo arriba.

¿Siguen existiendo feudos toristas? Porque parece que el público elige torero en vez de toro.

Mucha gente entiende el espectáculo como algo festivo, una diversión. Se prefiere ver una faena larga de muleta y no tanto el tercio de varas, que se ha convertido prácticamente en un trámite. Pero nos quedan Madrid, Sevilla, Pamplona. Y también Francia, en casi todas sus plazas. Allí gusta la lidia completa, todos los tercios y no una versión ligera.

Ha comentado durante el coloquio que traerá una corrida a una plaza cercana. El coso de Mendigorría celebra su 150 aniversario.

Sí, apareceremos por aquí cerca. Pero no, no será en la provincia de Toledo, tampoco en la capital. En los próximos días se anunciará (sonrisa y silencio).

¿Qué camada tiene Miura para este año? ¿Mantiene un número similar al de las temporadas precedentes?

Si no pasa nada y dependiendo de cómo se comporten ellos (los toros) en el campo, tendremos ocho corridas completas para el 2016.

Retrotraigámonos a hace 50 años. La mención de Miura, decir el nombre de su ganadería, era suficiente para que cualquiera supiera que estábamos hablando de toros. Pero hoy mucha gente lo desconoce, lo taurino se desconoce…

La vida es diferente. ¿Qué espectáculos había hace 50 años? Ni la cuarta parte de los que se pueden disfrutar ahora. Sumemos también la presión de los grupos animalistas. Ahora tenemos mucha oferta, mucha competencia. Hay que pensar que algunas décadas atrás sólo había fútbol y toros, toros y fútbol. Y si unimos eso a Walt Disney, con esos animales que hablan, que piensan, que no sabemos qué comen… Claro, todas estas circunstancias influyen en la sociedad actual. Pero soy optimista: quedan toros para rato.

¿Recuerda su último festejo en la provincia de Toledo? ¿Desde cuándo no vienen por aquí?

Me acuerdo de una corrida en Toledo con Manolo Chopera de empresario y estando aún al frente de la ganadería mi padre. También festejos en Daimiel y en Valdepeñas, en la provincia de Ciudad Real, siendo la última televisada por Canal Sur hará unos ochos años.

Desde la distancia, ¿cómo ve el estado de la afición en esta zona?

Gracias a actos como este, actos necesarios, se mantiene viva la afición. Lo de hoy son ascuas, rescoldos que permiten que no se apague la llama y que sigamos en movimiento. Si sólo hubiera corridas, esto ya estaría acabado.