Amor en Toledo, 300 años atrás

J. Monroy | TOLEDO
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Manuel Palencia trancribe una carta de amor prohibido fechada en 1700 y encontrada por la poetisa Marina Riaño hace veinticinco años en las obras de su casa

Amor en Toledo, 300 años atrás - Foto: Víctor Ballesteros

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Nadie conoce hoy en día quiénes eran Alfonso Vargas y Montes y María de Sierra. Sólo se sabe que mantuvieron una historia de amor secreta justo antes del inicio de la Guerra de Sucesión, una pasión, al parecer oculta, que ahora se hace pública gracias a las redes sociales y una transcripción del último testimonio de su amor enterrado bajo tierra, una carta fechada en el 29 de octubre de 1700. La epístola se encontró hace un cuarto de siglo, cuando la poetisa toledana Marina Riaño hizo obra en su vivienda. Estaba oculta en artesonado. De allí asomaba un pequeño hilo, y cuando tiraron de él desveló el secreto.

- Foto: Víctor Ballesteros Desde entonces, la familia Tena Riaño ha guardado la correspondencia como uno de sus mejores tesoros, oculta casi como un secreto de confesión. Ahora sale a la luz de la mano del historiador Manuel Palencia, de la empresa Cuéntame Toledo. Él ha sido el encargado de coger los frágiles papeles y actualizar el texto, de caligrafía clara, pero muy estropeado por el paso de los siglos. En la carta faltaban letra, incluso palabras, y el transcriptor ha tenido que hacer un esfuerzo, maravillado por la declaración de amor de una relación prohibida, «con un lenguaje muy interesante de 1700».

Con el permiso de los póstumos amantes, diremos que Alfonso siempre se «abrasaba», tanto en ausencia, como en presencia de su amada, a la que decía responder a su recíproca estima en mayor medida. Se trata de una carta de prosa enrevesada, al parecer contestación a otra correspondencia, en la Alfonso se confiesa «nacido para servir», y encarga a su amada que se acuerde de él en su ausencia. Lo que desconocemos es las causas que hicieron imposible su relación, algo que quizás conocieran Pepita y don Juan, personas a las que se menciona en el escrito y que podrían ser conocedores del secreto. «Por haber escrito deprisa, no se explica más mi afectuoso amor para con vuestra merced», concluye el galán.

Una historia de amor que ha sobrevivido oculta durante siglos, guerras y avatares, y que ahora será eterna gracias a las redes sociales, como si hubiera ocurrido ayer mismo. Mientras tanto, la carta ya ha retornado a la casa que guardó el secreto durante tantos años.