El exdirector general de CCM, Ildefonso Ortega, sí hablaba con el Banco de España, y mucho. Según defendió ayer durante su intervención ante el juez, desde marzo de 2008 fue informando al Banco de España de los problemas que atravesaba la entidad. «Nos estaban sacando dinero», «unos 200 millones por semana», «le dije al Banco de España que la situación era de extrema severidad», que «no íbamos a poder aguantar sin ayuda», explicó a lo largo de su declaración. Pero, como constató después, no había posibilidad de ayudar entonces a CCM desde el regulador, «y estábamos en una situación de emergencia».
Al igual que antes Moltó, Ortega defendió la opción de salvar las pérdidas por operaciones fallidas – valoradas en unos 245 millones- con el patrimonio neto de la entidad. «Puse encima de la mesa un informe con 870 millones de plusvalías» a cuenta de la entonces corporación industrial de CCM. «No oculté absolutamente», insistió, pero «no se me dio respuesta».
Visiblemente afectado –a diferencia de la desenvoltura con la que actuó antes Moltó- recordó que «todos los días preguntaba al Banco de España por la situación, porque estaban a diez metros de distancia de mi despacho». Tenían, según dijo, «todas las cuentas de CCM» a su disposición. «Hasta el 17 de marzo –días antes de la intervención- no tuve noticias de las dotaciones que se nos exigían».
En este sentido, el exdirector general de CCM defendió su «esperanza» en que no llegara la intervención. «Traté de hacer las cosas bien, por eso no me fui», aunque le había llegado ya la edad de jubilación, según explicó en la sala. Y eso que «sabía que si no me daban ellos algo, estaba vendido», «no me fui porque queríamos salvar la caja».
Como argumentó, se había requerido al Banco de España un «calendario» hasta 2010 para concretar estas dotaciones. «Al igual que nos lo dieron en el 96», momento en el que la CCM también atravesó otra situación complicada. «Entonces tuvimos dos años para hacer dotaciones temporales y cumplir con la exigencias de la intervención», informó al juez.
Ortega negó también la acusación de haber falseado las cuentas relativas al cierre de 2008. Según dijo en varias ocasiones, los datos que llegaron a la Ceca eran «parciales, provisionales y sujetos a valoración del Banco de España». «Yo no los firmé», insistió.
De lo que sí habló fue de operaciones concretas y defendió el haber otorgado créditos de alto riesgo basándose en la vorágine en la que vivía entonces el sector financiero. «Había que dar créditos si se quería salir adelante», «para ganar dinero un banco tiene que tener actividad».
Pero entrando en casos concretos, el exdirector general argumentó que, por ejemplo, se amplió el crédito «al señor Barco» porque tenía millones depositados en CCM, estaba en «la lista Forbes de los más ricos de España», aportó 800 millones de «garantías personales», opciones en la salida a bolsa de Renovalia –aunque luego resultó fallida- y «unas bodegas», la del Pago del Vicario. Recordó, al igual que Moltó, que «ya estábamos en el aeropuerto cuando yo entré en CCM».
En cuanto a quien tomaba las decisiones sobre las operaciones de riesgo, Ortega defendió que era una decisión «colegiada» del comité superior de riesgos, formado por un analista y los responsables del área de riesgos y comercial. No obstante defendió las decisiones tomadas entonces. «Nadie quería equivocarse», «si había debate, decidían ellos», «yo ponía paz y orden».
Donde no se quiso mojar Ortega fue en valorar las funciones de Moltó como presidente dentro de la entidad a preguntas de la acusación. «No es mi función adherirme o no a las denuncia» contra la sobreactuación de Moltó, dijo. Y preguntado por la defensa del expresidente, se limitó a decir que «Moltó quería lo mejor para la caja».