Toledanos en el corazón de España

J. Mario Loeches
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Carlos Flores y varios bomberos toledanos están participando en los ataques para hacer punta en la sima más profunda del territorio nacional, comparable a un ochomil, dentro del proyecto '17 picos, 17 simas'

Varios bomberos toledanos están abriendo camino hacia el corazón de España. Carlos Flores, sargento del Consorcio de Toledo, es el alma máter del proyecto ‘17 picos, 17 simas’, que pretende coronar y acceder a las montañas más altas y las cuevas más profundas de las comunidades autónomas españolas. Pues el pasado 1 de julio se inició la bajada a la Torca del Cerro del Cuevón, la sima más profunda del Principado de Asturias y del país, la cuarta del mundo. Un reto profundo y peligroso que nadie hacía desde hace más de once años y que cuenta con la ayuda del Instituto Geológico y Minero de España, pues se ha aprovechado para hacer estudios científicos de la zona. Y es que, se están instalando sensores que a lo largo de un año tomarán muestras del interior y servirán para comparar las mediciones de gases y temperaturas en simas no afectadas por terremotos con las de simas en zonas sismogénicas.

«Es una locura», asevera Carlos Flores, presente en los tres ataques que se han realizado hasta la fecha. «Hay que ir paso a paso, reforzando puntos o haciendo nuevos», sigue diciendo. Se prevé que para finales de septiembre se haga punta tras 1.600 metros de profundidad, en plena cordillera de los Picos de Europa. Para que la gente tenga una idea, «vamos instalando anclajes y taladros en cada pozo, además de equipando la zona», explica el bombero toledano, residente en Olías del Rey.

La dificultad es alta porque hay que realizar escaladas y se necesitan aportes de agua del exterior. Además, como recuerda Flores, «si la climatología es adversa, todo es más complicado aún, así que vamos bajando pozos de manera progresiva». Es por eso que desde que arrancó el verano, aprovechando las temperaturas, se han realizado los ataques. En el primero participaron cinco compañeros de Carlos Flores, mientras que en el tercero estuvieron tres bomberos del Ayuntamiento de Toledo. Sin embargo, toman parte profesionales de toda España.

Aunque los 1.600 metros pueden parecer una distancia corta, la forma de acceder no tiene nada que ver con los ascensos. De hecho, según los especialistas, el descenso a la cavidad de la Torca del Cerro del Cuevón puede compararse a un pico de 8.000 metros de altitud, «no sólo físicamente sino también por la preparación psiclógica de las personas y logísticamente, por todo lo que hay que mover para poder realizarlo», apunta el bombero del Consorcio.

Dentro del reto ‘17 picos, 17 simas’, se ha dejado para el final por todos estos motivos, aunque son pocas las montañas y las cavidades que ya quedan para cumplirlo. En principio, Carlos Flores reconoce que, probablemente, a finales de 2015 esté terminado, ya que todavía queda la cima de Asturias, ambas de Navarra y algún que otro pico suelto, además de la cavidad más profunda de Cataluña. «Cuando se concluya será un logro importante porque es algo inédito en España y en Europa», asegura.

Desde su punto de vista, esta sima «está todavía por explorar y hay muchas incógnitas, pero lo afrontamos con gans e ilusión». Flores y su equipos son conscientes de que no todo el mundo está preparado porque «no hay mucha gente que pueda bajar más de mil metros».

Para estos aventureros, la Torca del Cerro del Cuevón es la segunda cueva de dificultad alta después de acceder, a principios de octubre de 2014, a La Cornisa  después de 2 meses la sima La Cornisa, la sima más profunda de Castilla y León, con un desnivel de 1.509 metros y 6.439 metros. Es la novena del mundo y su acceso, orografía, morfología y largos pozos complicaron mucho su instalación, teniendo que usar 2.326 metros de cuerda, 272 mosquetones y más de 290 anclajes, además de manejar más de 480 kilos de material por toda cavidad, en unas condiciones extremas de temperatura y humedad.

Así las cosas, por delante quedan duras semanas de trabajo que no terminarán en 2015 sino dentro de un año, cuando el mismo equipo regrese para recuperar los sensores y trabaje sobre los resultados.