Álvaro Lorenzo hace historia en Lima indultando a 'Lanudo'

Dominguín
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Lorenzo indulta al toro 'Lanudo' de la ganadería de El Olivar al que corta las dos orejas y sale a hombros en su presentación en América. Hacía 6 años que no perdonaba la vida a un toro en la bicentenaria plaza de toros de Acho de Lima

La presentación del torero de la capital en tierras americanas, tuvo escenario el bicentenario coso de Acho, en Lima capital del Perú.  Allí se celebra la feria taurina del Señor de los Milagros, donde los toreros actuantes se disputan el codiciado ‘Escapulario de Oro del Señor de los Milagros’ que este año cumple su edición septuagésimo primera. Son cinco corridas de toros que se celebran los domingos entre el 4 de noviembre y el 2 de diciembre, participando nuestro paisano en la segunda del ciclo.

Las nuevas tecnologías, nos permitieron seguir el festejo en la distancia, con la suerte de dejarnos en las retinas un hito más del joven torero de Toledo. Con un precioso terno azul celeste y oro, hizo el paseíllo entre sus dos compañeros de terna, Emilio de Justo y el local Alfonso de Lima. La plaza de Acho, tiene la peculiaridad que solo ostentan un seleccionado elenco de cosos en el mundo, el tener que confirmar en ella la primera vez que se actúe como matador de toros. Y por ello desmonterado y con respeto cruzo el anillo Lorenzo en un solemne paseíllo.

Doble acto de confirmación pues su compañero extremeño, Emilio de Justo, pisaba al igual que él, la arena de Acho. Fueron confirmados y posteriormente devolvieron los trastos en unos actos rituales que muchas veces ralentizan el transcurrir de una corrida de toros.

Sonaron los clarines de la plaza y se abrió el amplio portón de toriles y el torilero, vestido de luces llamó al toro de la ganadería de ‘El Olivar’ que vendría posteriormente a hacer historia. Con la divisa grana y blanca en el morrillo, salió ‘Lanudo’, de 524 kilos de peso y pelo jabonero, que se dio una vuelta a su aire por la plaza, hasta que apareció Lorenzo con su capote y entre probaturas, les dejó a las retinas de los aficionados tres verónicas lentas, templadas y acompasadas, que pararon el tiempo por un momento, luego como remate, una media antes de la suerte de varas.

Cumplió la res con el equino, en una sola vara donde se le midió el castigo, mientras el toro empujó con fijeza al peto y rectitud. No tenía definida su embestida ‘Lanudo’, que fue metido en el canasto por ‘El Puchi’, que realizó una lidia inteligente, con los capotazos justos y ayudando al toro a desplazarse cuanto más mejor. Ceremonia de confirmación con Emilio de Justo como padrino que le cedió muleta y espada para enfrentarse a su primer toro en Acho.

Pegado a tablas y sereno se fue a por el jabonero y mostrándole la pañosa plana. El toro se vino de largo y con codicia, y la muleta del toledano, se desplazó al son de sus embestidas con siete muletazos por bajo desde la barrera hasta los medios, con la pierna contraria genuflexa y llevando las arrancadas lo más lejos y conducidas por las telas. Un pase de pecho en el centro del ruedo, hizo que el público que llenó la mitad del aforo, rompiese a aplaudir al unísono.

Le dio distancia al de ‘El Olivar’ y con diestra lo llamó por derecho recetándole cuatro pases con poder y un obligado de pecho echándose el toro entero para adelante. La siguiente tanda fue de cinco derechazos, donde el toro iba a más, con más velocidad y despasándose más distancia, enterrando el hocico en la arena. La tercera tanda fue rematada con un pase cambiado y uno de pecho encajadísimo.

Con la zurda, otra vez poderoso y templado, conduciendo a ‘Lanudo’ al son de la franela y el pasodoble. Varios muletazos lucidos y vuelta a la diestra, donde sorprendió al respetable con su temple y su capacidad de meter al astado en sus telas. Se enroscó en varias ocasiones al jabonero por la cintura, con los talones encajados en la arena, lo que supuso que los espectadores rugiesen de emoción. Este fue quizás el momento al álgido de su faena, donde se vio la dimensión de figura que puede llegar a ser el toledano.

Los asistentes se dividieron entre la petición de indulto y la de que matase a ‘Lanudo’, mientras Álvaro Lorenzo seguía su personal sinfonía por luquecinas al noble toro. Hubo varios intentos de ejecutar la suerte suprema, hasta que el juez de plaza saco el pañuelo naranja que perdonaba la vida al burel.

Álvaro Lorenzo  hizo historia por lo tanto este domingo en Lima. El diestro toledano salió al final del festejo a hombros del bicentenario Coso de Acho en Lima, Perú, tras pasear las dos orejas simbólicas del primer toro de su lote, al que indultó tras una obra cargada de profundidad y ligazón.