La agresión sufrida por un guardia civil del Puesto Ordinario de Talavera el pasado fin de semana es un ejemplo más, a juicio de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, de la falta de efectivos que sufre el conjunto de la provincia. Una disminución, explican, que es consecuencia de la falta de oferta de empleo público que no ha llegado a las 150 plazas en los últimos cinco años, lo que ha supuesto que sólo se haya repuesto una de cada diez bajas.

Esta escasez de personal está obligando a estos trabajadores públicos «a realizar tareas en solitario poniendo en serio riesgo su propia seguridad». En concreto este agente agredido se encontraba sólo en el turno de noche atendiendo el puesto de guardia del cuartel, como ya informó La Tribuna, al mismo tiempo que se hacía cargo de la oficina de denuncias, de la atención del teléfono, del radio-telefono y de la vigilancia de la entrada y salida de vehículos. «Una agresión que puso en serio riesgo la vida del agente y evitable si su servicio no se estuviera desarrollando en solitario», explican en nota de prensa.

La AUGC asegura que como asociación mayoritaria y más representativa en el Consejo de la Guardia Civil, se ha quejado de manera reiterada del estrés y sensación de incapacidad que sufren los compañeros que tienen bajo su responsabilidad el servicio de puertas, «con unas tareas y cometidos exagerados e imposibles de atender por un solo individuo». Una situación que denuncian se ha agravado en la Unidad de Talavera al ordenar el responsable de la Compañía que sea también el guardia de puertas el que se encargue de la custodia de los detenidos, cometido que ya se ha traducido en un primer incidente: la fuga de un detenido de los calabozos de este Puesto.

prevención de riesgos laborales. Para la Asociación de Guardias Civiles esta carga de trabajo incumple claramente la ley de Prevención de Riesgos Laborales de la Guardia Civil. En primer lugar por la vulnerabilidad en la que queda el agente, incumpliéndose una de las recomendaciones del Servicio de Prevención de RLGC «no trabajar nunca en solitario», especialmente en los turnos de noche, donde los trabajadores ante cualquier eventualidad no tienen ningún tipo de apoyo. Y en segundo lugar se incumple también la prevención de riesgos psicosociales al tener que hacer frente estos funcionarios a un exceso de carga de trabajo y responsabilidad. Con el agravante de que los agentes no cuentan con instrucciones claras sobre las prioridades y su cometido.

Todas estas «irregularidades» ya se han hecho llegar al Consejo de la Guardia Civil, al que se solicita que exija el cumplimiento del manual de Prevención de Riesgos Laborales, dejando de nombrar servicios unipersonales y que se lleven a cabo la evaluación de todos los puestos de trabajo relativos a las funciones del Guardia de Puertas, evaluación que la Unión Europea, a petición de la asociación, ha exigido a la Guardia Civil en reiteradas ocasiones y que ahora le exige también el Tribunal de Justicia Europeo. Asimismo, la AUGC ya denunció la situación de los guardias de puertas al Consejo de la Guardia Civil en el año 2010.