Tormenta en Los Sifones

J. L. M. / Talavera
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El parque vuelve a abrir tras la tromba de agua y viento del domingo, pero el Ayuntamiento quiere revisar todos los árboles

La tormenta que cubrió el domingo por la tarde Talavera de agua, granizo y viento duró poco más de un cuarto de hora, pero fue tiempo más que suficiente para que causara estragos en una de las zonas verdes más importantes del extrarradio de la ciudad: el parque de Los Sifones. Este enclave, situado a medio camino entre el Puente Viejo y el paraje de Los Pinos, concentró en el momento de la tromba de agua rachas de viento de carácter huracanado, debido a que las fuertes ráfagas arrancaron de cuajo árboles y partieron ramas de gran tamaño.

El día después de la tormenta, con el ambiente y la climatología algo más calmados, el responsable municipal de Medio Ambiente, Florencio Gutiérrez, y el alcalde talaverano, Jaime Ramos, visitaron el parque para conocer de primer mano los efectos del temporal. La visión fue impactante, debido a que a lo largo y ancho de todo el espacio verde quedaron diseminados los desperfectos ocasionados por el viento. De esta forma, optaron por cerrar al público la zona, debido a que los árboles partidos y las ramas a medio caer suponían un peligro para los paseantes.

Durante toda la jornada de ayer operarios municipales se encargaron de limpiar los ramales arrancados por el aire, así como de aserrar aquellas secciones que quedaron partidas pero que no terminaron de caer al suelo. «Vamos a tener mucho trabajo aquí», indicó a este periódico uno de los trabajadores mientras iba apilando en un camión el reguero de destrucción dejado por la fuerza del viento.

Sobre este punto, el propio Florencio Gutiérrez aseveró que no termina de explicarse los motivos de tales daños en una zona tan concreta, ya que ni en las fincas que hay alrededor del parque de Los Sifones ni en la zona de Los Pinos se han registrado desperfectos de especial consideración. «Es algo que no entendemos», comentó el concejal, quien precisó que los árboles más dañados son chopos que tenían entre 30 y 50 años.

El entorno natural volvió a abrirse ayer, aunque todavía queda por delante una intensa labor para que la arboleda vuelva a recuperarse. De entrada, el Ayuntamiento quiere revisar el estado de todos los árboles.