Contar los suicidios pero lejos del morbo

I.G.Villota
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El doctor en Psicología Paco Celada invita a difundir estas muertes, un millón al año, más que por homicidios y guerras juntos, aunque sin hablar de métodos o detalles sensacionalistas

Un tema tabú que debería dejar de serlo. El doctor en Psicología y enfermero de Emergencias Paco Celada ofreció ayer una conferencia sobre los mitos del suicidio, organizada por el Colegio Oficial de la Psicología en la Biblioteca regional, para intentar romper tabúes, ofrecer datos acerca de las conductas suicidas y recalcar que «hablar es lo esencial», como en tantas cosas en la vida. El sanitario evidenció el papel fundamental de los medios de comunicación a los que invitó a difundir estas muertes, aunque alejándose de los detalles morbosos. «Hay que dar la noticia y explicar dónde puede acudir la gente que esté en una situación similar, pero no contar el método utilizado o los detalles sensacionalistas», recalcó.

Celada se alejó de la ‘norma’ mediática que aboga por no dar cobertura a estos sucesos, convencido de que difundir un suicidio no  expande las conductas de este tipo, además de invitar a la prensa a contar esos casos en los que los suicidas renunciaron a esas tendencias.

También recalcó la importancia de dar los teléfonos o servicios a los que puedan acudir estas personas, por ejemplo el de emergencias 112 o el de la esperanza  (717 003 717) donde pueden ser escuchados.

El doctor en Psicología consideró que no se puede esconder debajo de la manta algo que provoca un millón de muertes al año, más que los homicidios y las guerras juntos, y más de diez millones de intentos, además de afectar a unas seis personas del entorno por cada persona que se suicida.

Se puede prevenir. Afirmó que el suicidio se puede prevenir, como los accidentes de tráfico o los asesinatos por violencia de género, atendiendo el problema, realizando programas de prevención y destinando presupuesto. «Si destinásemos uno de cada 10.000 euros de los Presupuestos Generales del Estado tendríamos más de 43 millones cada año», cifró.

Abogó por crear en Atención Primaria unidades de cuidados y de intervención psicosocial en la rama de salud mental. «Esto serviría para cribar posibles suicidios y para cuidar a aquellos que lo han intentado», dijo.

Se puede ayudar. No solo se puede prevenir, sino que cualquiera puede ayudar. ¿Cómo? Con algunas normas básicas, que pueden servir en general en la vida. Por ejemplo dejando hablar a la persona con tendencias suicidas, sin formular reproches, usando un tono positivo, preguntar sin que sea un interrogatorio, evitando el estrés y estando disponible y a su lado.

No llama la atención. Celada también desveló que los intentos de suicidios no son llamadas de atención, aunque se suelen considerar como tal, sino perfeccionamientos de la técnica de personas que han perdido miedo a la muerte. «No hay que pensar lo ha intentado cuatro veces, llama la atención, porque puede que a la quinta lo consiga».