Los vecinos alertan sobre los desplomes del edificio de Los Béquer

latribunadetoledo.es
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En la tarde de ayer se volvió a producir un incidente, la caída de un trozo de canalón de grandes dimensiones, que afortunadamente no provocó ningún daño personal

Pretendía ser una residencia universitaria, y se ha quedado en un edificio maltrecho y con serios problema estructurales que cada día dan un susto nuevo a los vecinos del entorno.

El conocido como edificio de Los Béquer, en la calle del mismo nombre, volvía a protagonizar ayer una nueva incidencia y afortunadamente sin consecuencias personales aunque pudo haber ocurrido una desgracia.

Ayer por la tarde se desplomaba un trozo de canalón de más de dos metros de largo y caía a la calle acompañado de tierra y desperdicios que se van acumulando con el paso del tiempo en el tejado de este inmueble. El fuerte estruendo asustó a los vecinos que rápidamente alertaron a la Policía Local del hecho y que requirieron la presencia de los bomberos del Parque de Toledo para, además de retirar el canalón, realizar una inspección de la fachada. Una fachada y un edificio completamente apuntalado y que no ofrece ninguna confianza a los vecinos de esta calle.

Y es que, aunque todo quedó en un susto, lo cierto es que pocos minutos antes -según comentaba una vecina- había parado en el mismo punto en el que cayó el canalón uno de los grupos de turistas que habitualmente transitan por esta calle para acceder, entre otros puntos, a las Cuevas de Hércules.

El 16 de febrero de 2011 el alcalde y el delegado de Educación escenificaban el acuerdo por el que este inmueble -que ocupa los números 3, 5, 7, 9 y 11- se iba a convertir en una residencia universitaria de 74 plazas, un proyecto que ha sido adjudicado por la Junta de Comunidades hasta tres veces y que sigue pendiente de su ejecución. Seguro que la crisis lo mantendrá durmiendo el sueño de los justos mucho más tiempo, pero mientras tanto los vecinos reclaman medidas de seguridad más firmes puesto que el inmueble no ofrece ninguna confianza a quienes residen en el entorno y tienen que pasar por debajo de los andamiajes de seguridad instalados.