De Senoble a la variante, el legado de Lago

C. S. Jara / Talavera
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n sus tres años de gobierno y en tiempos de grandes dificultades, Gonzalo Lago ha conseguido proyectos destacados. El saneamiento de las finanzas y el compacto equipo que ha formado son parte de su herencia.

Visita a las obras de la Variante del Tajo a mediados de febrero de este año. - Foto: Peña

Le tocó gobernar en tiempos de dificultades, pero, a pesar de eso, la gestión de Gonzalo Lago al frente de la Alcaldía de Talavera ha tenido hitos importantes. En su haber se podrán apuntar logros llamados a ser vitales para el futuro de una ciudad que ha notado como pocas el azote de la crisis y, precisamente por esa difícil coyuntura histórica, también le tocó asumir la renuncia a algunos de los proyectos faraónicos anunciados en la época de las vacas gordas.  

En el haber de sus tres años de mandato ocupa un lugar destacado la instalación de la factoría láctea de Senoble en Talavera, cuya actividad arrancaba hace pocas semanas. En abril de 2012 un alcalde pletórico firmaba, con la presidenta Cospedal como testigo, el protocolo de cesión de suelo a la multinacional francesa. Era el primer paso de un proyecto que erróneamente se ha intentado medir sólo en términos de puestos de trabajo, olvidando con ello el papel de banderín de enganche que debe representar para la reactivación de un sector primario en constante retroceso, en una comarca que precisa con urgencia de anclajes como este.

No ocultaba su orgullo personal por uno de los proyectos que más expectativas ha generado entre los talaveranos en la reciente historia de la ciudad. En el mismo campo de la ganadería, bajo el mandato de Lago se ha fraguado otra importante iniciativa promovida por Uniproca (Unión de Productores de Caprino) que ha empezado ya a desarrollar en Talavera un proyecto de calado internacional, que en todo momento ha contado con la complicidad del máximo representante municipal.

El Tajo. Después de décadas de desencuentros, la aprobación del Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo llegaba con un anuncio histórico para Talavera, porque, por primera vez, se reconocía negro sobre blanco el derecho de la ciudad sobre el cauce. El caudal ecológico de 10 metros cúbicos por segundo para el Tajo a su paso por la ciudad, considerado por algunos escaso, constituía sin embargo un hito en una ciudad que tiene muy fresca en la memoria la  imagen de un río completamente seco bajo los estribos del Puente Viejo.

En el último trienio, la Confederación Hidrográfica del Tajo ha afrontado también varios proyectos de mejora de las riberas y del canal de piragüismo, tanto más destacables por el momento de estrecheces de la inversión pública en el que se producían.

La gran obra que está conociendo un impulso decisivo en estos últimos años ha sido la Variante suroeste de Talavera, que tras año de goteos presupuestarios ha cuadrado en las cuentas de Fomento y que, como el alcalde esperaba, estará lista en 2015. La apertura, del último tramo de autovía a Toledo, uno de los proyectos que llegaron a parecer inacabables, constituía otro de los avances en infraestructuras, entre los que no se puede apuntar el AVE, el mayor caballo de batalla de Gonzalo Lago en su etapa al frente de la oposición, llamado a reinventarse como servicio de altas prestaciones. Peor suerte ha corrido en este tiempo otro proyecto non nato, el de la R5, que se lanzó como simple enunciado cuando comenzaba a desinflarse la burbuja de las autopistas de peaje. La caída, en octubre de 2012, de la empresa concesionaria acabó con el efímero sueño de la prolongación de la radial hasta Talavera.

El ministerio de Ana Pastor dio al menos el visto bueno a otra de las grandes reivindicaciones del regidor talaverano, la inclusión de la ciudad en la red estatal de plataformas logísticas, cuya trascendencia para el futuro de la ciudad defendió hasta el cansancio.

Oxígeno a las cuentas. En el plano doméstico, el principal frente de la gestión del equipo de  Lago han sido las cuentas. Una preocupación compartida por todos los estamentos de gobierno, por las dificultades para administrar la herencia recibida, que en cuestión económica adolecía de una total falta de liquidez y un cúmulo creciente de deudas. El alcalde se quitó un gran peso de encima cuando en 2012 el mecanismo del pago a proveedores del Ministerio de Hacienda le permitió liquidar deudas con 600 empresas por un valor total de 10,8 millones de euros. No fue al único, muchas empresas de la ciudad esperaban como agua de mayo el momento de recibir el pago a bienes o servicios que, en muchos casos, se habían realizado tiempo atrás.

«Hemos devuelto la solvencia, la liquidez y la dignidad al Ayuntamiento», proclamaba en el ecuador del mandato, cuando repetía el retrato de asfixia económica que se había encontrado cuando accedió a la Alcaldía. Su otro gran orgullo era el equipo que había conseguido formar, compacto y sin desavenencias conocidas. Un logro del que pocos políticos pueden presumir.