Sin barreras hacia el podio

J. M. Loeches
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La toledana Isabel Fernández entra mañana en competición en el Mundial con toda la ilusión y con posibilidades de hacerse con una medalla en para-kárate

Isabel Fernández quiere demostrar que no hay barreras para llegar al podio de un Campeonato del Mundo. La toledana saldrá mañana por la tarde, a partir de las 16:30 horas, al tatami del WiZink Center de Madrid para demostrarlo en la modalidad de para-kárate. No hace ni seis meses que se puso a entrenar y ya se ve con posibilidades de volver a la Ciudad Imperial con una medalla bajo el cuello.

Es verdad que la historia de Isabel Fernández con este deporte comenzó cuando tenía 4 años, pero comenzó a lesionarse, con problemas en las rodillas, y tuvo que ir aparcando la actividad deportiva poco a poco hasta que una silla de ruedas la apartó definitivamente a los 18 años. «No podía hacer mucho y al final tuve que dejarlo», asegura.

Pero con el tiempo retomó la relación en el ciclismo adaptado, donde llegó a despuntar en el ámbito nacional, y en el baloncesto en silla de rueda, donde llegó a competir en las filas del FDI Alcorcón y el Legabasket. Sin embargo, el pasado verano, como ella misma narra, se cruzó «con Álvaro Jiménez, el director del Kidokan, y me propuso que me pusiera a entrenar». Al principio confiesa que no se lo creía, pero ahora está «encantada y no lo dejaría».

Desde su punto de vista, lo más difícil fue «el trabajo de la fuerza», ya que el manejo de la silla sí que lo tenía del baloncesto. Eso sí, cuando era niña se especializó en el Kumite así que tuvo que aprender Kata, la única opción que hay ahora mismo en el para-kárate. «Cuando iba a clase sólo hacía lo justo, pero espera que alguna vez incluyan Kumite, aunque no dejaría de hacer Kata», agrega.

ilusión. Respecto a la competición, llega un poco a ciegas respecto a las rivales que le pueden hacer sombra en su camino hacia el podio. Isabel Fernández encara esta cita mundialista «con mucha ilusión» y se ve «con posibilidades». Ya se verá el resultado, pero la toledana llega apoyada en las buenas actuaciones que ha tenido hasta el momento.

En su club, el Kidokan, tienen muchas esperanzas puestas en ella y, como reconoce, según llegó siempre tuvo ayuda. Así las cosas, sólo espera que todo el trabajo se plasme a partir de ahora, pues la karateca se ejercita todos los días de la semana menos los domingos. «En las últimas dos semanas hemos reducido un poco el ritmo para llegar en las mejores condiciones», concluye Isabel Fernández.