Gregorio Marañón: «El actual Museo del Greco no es lo que debería ser un gran museo del siglo XXI»

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El presidente de la Fundación El Greco 2014 reivindica un debate ciudadano «sereno y racional» al opinar sobre la polémica generada a propósito de la propuesta para trasladar el Museo del Greco a Santa Cruz («o a San Marcos, otra alternativa»)

Gregorio Marañón: «El actual Museo del Greco no es lo que debería ser un gran museo del siglo XXI» - Foto: JUAN LAZARO

La mayor parte de los toledanos ha recibido con sorpresa el anuncio del traslado del Museo del Greco al Museo de Santa Cruz, tras las declaraciones a los medios de comunicación del presidente de la Diputación, Arturo García-Tizón, producidas poco después de un encuentro con el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle. Ha habido quienes han criticado esta decisión como «improvisada» o sometida al capricho coyuntural de un político. ¿Qué opina? Una decisión de semejante calado, ¿no debe estar cimentada sobre sólidos estudios técnicos que, de existir, no han sido difundidos?

Respeto las críticas que se han formulado pero, sinceramente, me parece que parten de un error. En efecto, no hay ninguna decisión adoptada al respecto, ni improvisada ni meditada. Únicamente se ha hecho una propuesta, eso sí, estudiada con detenimiento, que ha sido criticada antes de conocerse bien: como dejando traslucir una resistencia al cambio que por sí misma no parece justificada. El presidente de la Diputación sólo ha anunciado una predisposición a apoyar un determinado proyecto museístico, si finalmente procede llevarlo a cabo. Eso es todo, o casi todo. En la Fundación estamos considerando desde el año 2010 la conveniencia de que el 2014 trascienda y sirva para impulsar las mejores iniciativas que puedan concebirse en relación con El Greco, como es un mejor tratamiento museístico del artista. El Museo del Greco actual no se corresponde con lo que entendemos que debería ser un gran museo en el siglo XXI. Me sorprendería que alguien pueda opinar otra cosa. Es una pequeña casa de la Judería que compró un particular, el Marqués de la Vega-Inclán, hace casi un siglo, para crear un museo de autor al estilo de la época, acuñando el mito historicista de que fue la casa del Greco. La reciente campaña publicitaria del Museo del Greco ha dado fin a este ‘falso histórico’, a mi juicio un tanto gratuitamente. La cuestión actual es, por tanto, si tiene o no sentido plantear un nuevo Museo Nacional del Greco, actualizando tanto su espacio expositivo como sus funciones museológicas, en el que se pueda unificar su colección actual con la del Museo de Santa Cruz e incrementarla con potenciales depósitos públicos y privados. Por cierto, esta propuesta se enmarca en un estudio sobre los museos de Toledo que redactó el Ministerio de Cultura hace bastantes años. Quienes en primer lugar deben considerarlo son los responsables del Ministerio, que tienen los medios para hacerlo y son, por supuesto, los que mejor conocen la situación.

Hasta la fecha, no se han pronunciado al respecto voces estatales relacionadas con el Museo de Santa Cruz, que, como sabe, es de titularidad estatal cedida a la Administración autonómica... Hasta donde usted conoce, ¿qué opinan al respecto en la Plaza del Rey de Madrid, es decir, en la sede del Ministerio de Cultura?
Como es bien sabido, en la Fundación coinciden el Ministerio, la Secretaría de Estado de Cultura, la Dirección General de Bellas Artes, la Consejería de Educación y Cultura de Castilla-La Mancha, la Dirección General de Bellas Artes de Castilla-La Mancha, el Arzobispado de Toledo, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento. No cabe, por tanto, un foro más natural para hablar de una posibilidad que, de realizarse, enriquecería extraordinariamente el patrimonio museístico de Toledo, además de permitir al actual espacio del Museo del Greco otros usos razonables. No he encontrado una sola posición contraria a estudiar seriamente la viabilidad de esta propuesta entre quienes tienen la responsabilidad de decidir. Por mi parte, solo deseo fervientemente, por el Greco y por Toledo, que pueda realizarse. Por supuesto, siempre que los correspondientes estudios la avalen. Es una aspiración que nace de mi pasión por esta ciudad, de mi compromiso con la causa del Greco y de mi convencimiento de que la utopía es ese horizonte que nunca se alcanza pero al que debemos pretender llegar siempre.

No obstante, ¿entiende que a los ciudadanos les choque la inversión realizada en la rehabilitación del Museo del Greco de seis millones de euros para, ahora, hablar de un proyecto totalmente diferente?
Cada decisión es fruto de sus circunstancias y del momento en que se adopta. Personalmente, creo que la ocasión del cuarto centenario del Greco es la más propicia para la reflexión que proponemos. Las posibilidades, por supuesto, no se agotan en Santa Cruz: ahí tenemos también el espacio de San Marcos, que pudiera ser otra excelente alternativa. Lo que ciertamente debemos evitar es que las decisiones del pasado marquen inexorablemente nuestro futuro. No quiero obviar la cuestión económica: estoy convencido de que se puede encontrar la financiación necesaria para llevar a cabo el proyecto del nuevo Museo al margen de los presupuestos del Ministerio, si finalmente se decidiera que conviene hacerlo, y que la inversión realizada en la antigua Casa del Greco podría aprovecharse para otros usos.

Hay quienes tampoco entienden que sea el presidente de una Diputación provincial el primero que se haya pronunciado sobre un asunto de gran complejidad que afecta a varias administraciones. ¿No cree que ha fallado la comunicación y que se ha embrollado el tema de cara a la opinión pública?
El apoyo del presidente de la Diputación solo puede ser valorado positivamente, y no prejuzga cuál vaya a ser la decisión final. Y estoy seguro de que sus declaraciones se fundaron en conversaciones previas con los principales responsables de las Administraciones a las que afecta esta iniciativa.

Se ha hablado sobre las deficiencias de espacio, instalaciones, carencias expositivas, etc., del Museo del Greco. Sin embargo, ¿cree que el Museo de Santa Cruz reúne las condiciones necesarias (conservación, mantenimiento, seguridad, etc.) para instalar en él una colección tan importante como la del Greco? ¿No requerirá reformarlo una suma cuantiosa de la que no se ha hablado todavía?
La cuestión fundamental es la siguiente: no puede dudarse de que el espacio expositivo de Santa Cruz (e incluso el de San Marcos) es mejor que el del actual Museo del Greco: unos son excelentes y el otro inadecuado. A partir de ahí, estúdiese si este proyecto es o no viable, técnica y financieramente. Pero me sorprende que los que han salido tan rápidamente a criticar la propuesta no hayan, al menos, reconocido esto, y sinceramente tampoco comprendo su silencio en los tiempos anteriores, cuando el actual Museo del Greco atravesaba una profunda crisis en su gestión, o cuando se decidió que sus Grecos itineraran durante más de un año entre México, Bruselas, Sevilla, Valencia y Zaragoza, en vez de permanecer expuestos en otro lugar de Toledo, más seguros en cuanto a su conservación. Finalmente, el Museo de Santa Cruz, después de los casi siete meses de exposiciones del Greco que va a tener durante el 2014, estará en las mejores condiciones para acoger las dos colecciones permanentes de Domenikos Theotokopoulos que tenemos en Toledo, y el coste de su adaptación es abordable sin tener que recurrir al presupuesto del Ministerio.

Otra razón esgrimida es la corrección de un ‘falso histórico’ que es conocido por los historiadores pero que se resiste a morir para el resto de la sociedad: que el Greco no habitó la que durante muchísimos años se denominó ‘Casa del Greco’. No obstante, ¿no cree que la recreación del Marqués de la Vega-Inclán tiene ‘ganados los galones’ tras más de un siglo de existencia y que eso justificaría su permanencia? ¿Qué cree que habrían opinado sus directores históricos, como María Elena Gómez Moreno? Mire que hay instituciones toledanas, como la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas, cuya andadura es menor en el tiempo...
María Elena Gómez Moreno nunca habría comprendido que el Museo del Greco hiciera una campaña de comunicación explicando a la ciudadanía que el Greco no vivió en lo que se había denominado la Casa del Greco. No es que con el posible traslado a Santa Cruz se vaya a corregir un ‘falso histórico’, sino que este ya ha sido corregido. A partir de aquí, lo que hay que hacer es estudiar seriamente, sin ningún prejuicio ni atadura, qué es lo más conveniente para que el Greco cuente con un Museo Nacional acorde con lo que su obra significa y a la altura de nuestro tiempo.

De hacerse realidad el traslado, ¿qué sucedería con la dimensión de ‘museo provincial’ de arqueología y bellas artes del Museo de Santa Cruz? ¿Pasaría a la Casa del Greco o bien habría que encontrarle un destino diferente a este centro no solamente para la exposición, sino también para la conservación y restauración?
El conjunto Santa Cruz-Santa Fe tiene espacio suficiente para acoger el Museo del Greco y las colecciones provinciales, pero insisto en que esto deberá estudiarse en el correspondiente proyecto museológico.

¿Qué consecuencias globales para la ciudad tendrá el concentrar sus instituciones museísticas más potentes (salvo el Museo Sefardí y la Colección Ducal de Medinaceli de Tavera) en el triángulo formado por el Museo del Ejército, el Museo de Santa Cruz (si finalmente se convierte en el Museo del Greco) y la Catedral? ¿Serán positivas o todo lo contrario?
La potencia de una institución museística debe medirse no solo por la afluencia de visitantes, sino por el cumplimiento de sus fines y objetivos museológicos y museográficos. Pues bien, el actual Museo Nacional del Greco no puede considerarse un museo potente. Es un hecho. No busco con este comentario crítica alguna, pues respeto mucho a quienes tienen hoy la  última responsabilidad sobre el Museo y lo que ha supuesto su trayectoria histórica. Pero si nos vamos al número de visitantes, también debemos reflexionar sobre lo que implica que el actual museo, situado entre el Museo Sefardí y la parroquia de Santo Tomé, reciba cien mil visitantes menos que la Sinagoga del Tránsito o El entierro del Conde de Orgaz. Respecto a las consecuencias para la ciudad, no tengo ninguna duda: un Museo verdaderamente potente de proyección internacional dedicado al Greco atraería muchísimos visitantes a Toledo y supondría un considerable enriquecimiento patrimonial, sin que esto conlleve una reducción de los numerosos visitantes que transitan hoy por el barrio de la Judería.

Se ha dicho que los esfuerzos de las Administraciones deberían concentrarse más bien en encontrar solución al Taller del Moro y al Museo de Arte Contemporáneo (y dar salida efectiva al Museo de los Concilios, una vez perdida la ocasión del fallido Museo de la Vega Baja...). De potenciarse el triple eje sobre el que antes hablábamos, ¿no se estará dejando abandonada una mitad del Casco en lo que a espacios culturales se refiere?
Como es lógico, la propuesta sobre el Museo del Greco requiere ahora un estudio en profundidad de la situación museística de la ciudad y una reordenación de colecciones que solucione la atomización de museos, con su correspondiente dispersión de medios humanos y económicos. Por no hablar de su falta de adaptación a la demanda real de los visitantes, lo que ha llevado en algunos casos a su cierre. Taller del Moro, San Román, Casa de las Bulas, entre otros muchos, son espacios de gran valor patrimonial cuyos usos deberán ser estudiados dentro de la oferta global de la ciudad.

¿En qué medida se trata de un proyecto prioritario para el año 2014?
Lo reitero. Creo que se trata de un proyecto muy ilusionante, de gran valor añadido para la ciudad de Toledo, y que el 2014 constituye una extraordinaria oportunidad para dejarlo encauzado. Pero, en todo caso, la conmemoración del cuarto centenario, en lo que a la Fundación El Greco 2014 se refiere, va a discurrir únicamente por el cauce de lo que es nuestra programación, pues es lo que está a nuestro alcance y lo que constituye nuestra responsabilidad. En este sentido, el futuro de un posible nuevo Museo Nacional del Greco no nos compete.