Adiós al miedo en la Cornisa

J. Monroy
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Se inicia de urgencia y por razones de seguridad la demolición del inmueble de pasaje del Barco, que llevaban solicitando durante años tanto los vecinos, como los propietarios, para evitar posibles disgustos

Los vecinos del entorno del Barco Pasaje se han quitado un peso de encima. Han acogido con mucha alegría el inicio esta semana de la demolición de un inmueble en ruina situado en el pasaje del Barco número 5, que les había causado muchos problemas y que muchos temían que cualquier día podría provocar un disgusto serio.

En realidad el inmueble estaba declarado en ruina nada menos que desde 2015. El problema, explica el concejal de Urbanismo, Teo García, es que allí tenía establecida su residencia una persona que en realidad estaba viviendo en un centro residencial. De forma que, aunque los vecinos del entorno y los propios propietarios del inmueble estaban pidiendo que de una vez se pudiera demoler el mismo, era legalmente imposible. No ha sido hasta el pasado 6 de agosto cuando los servicios municipales han podido confirmar que el inquilino había abandonado la vivienda. El 18 de septiembre, los bomberos tuvieron que volver a intervenir en el inmueble, y su informe fue demoledor: su estado se había deteriorado muchísimo. Estaba totalmente hundida parte de la cubierta y había caído sobre el suelo de la primera planta. En todo el área sur, la cubierta también estaba en muy malas condiciones, y la estructura de madera, totalmente podrida. En algunas partidas había caído incluso el forjado. Los bomberos hicieron una intervención para que la cubierta no cayera a la calzada y la Policía valló la zona. Pero se hacía imprescindible intervenir.

Demolición inmediata. De forma que, una vez que el inquilino había dejado de vivir en la vivienda, el Ayuntamiento ha podido decretar la demolición inmediata el 28 de septiembre por razones de seguridad pública, sin permitir ninguna demora, dando curso a la licencia específica que ya concediera el 8 de febrero 2017. Dado que las obras tenían que iniciarse de inmediato, Urbanismo daba al propietario diez días para comenzar la demolición, cosa que ha hecho. Ahora la actuación debe concluir en el plazo de un mes.

García destaca que, por fin, se ha dado respuesta a la demanda vecinal. «Cuando se van sorteando todos los condicionantes, al final el proceso concluye bien. El problema es que a veces surgen problemas, como en este caso, cuando una parte de la vivienda que no estaba en ruina estaba ocupada», explica.

Desde la Asociación de Vecinos La Cornisa se ha acogido la noticia con alegría. Su presidente, José María Redondo, advierte la preocupación vecinal que había en el Barco Pasaje, «porque aquello se podía caer en cualquier momento». De ahí que durante los últimos años, la Asociación haya estado pidiendo al Consistorio que se agilizaran los trámites de demolición. Una vez iniciada esta, los vecinos muestran su contento.