Restos de comida para llevar, cristales y plásticos, pero también algún CD o hasta una chaqueta. Los rodaderos del Valle y parte de la zona interior no están todo lo limpias que se merecen la zona natural y las vistas. Todo lo contrario. A pesar de los carteles del Ayuntamiento pidiendo que nadie tire desperdicios y de lo bello del lugar, muchas personas tiran por allí sus desperdicios, convirtiendo las vistas a la ciudad Patrimonio en algo que llega a ser desagradable para quien baja la mirada.

De hecho, la situación es tal, que se han llegado a producir iniciativas particulares, como la de Emerge Toledo, para quitar cristales del entorno de la Piedra del Rey Moro y evitar que se corten los más pequeños. También hay campañas especiales de recogida de residuos, como la ejecutada después del 1 de mayo, en la que se retiraron nada menos que seis mil kilos de basura, producida durante la romería. Pero parece que todo ello no es suficiente.

Así lo reconoce la concejal de Servicios Públicos Medioambientales, Noelia de la Cruz, quien expresa su interés por dar una solución definitiva al problema de la basura en el Valle en la próxima concesión, que está elaborando en estos momentos el Ayuntamiento.

El Valle, en la contrata. De hecho, el contrato de la basura ya se ha prorrogado en dos ocasiones. De la Cruz señala que el pliego complicado, para la contrata más cara de la ciudad, y en el Ayuntamiento no se quieren precipitar, prefieren hacer las cosas bien.

Explica la concejal que la limpieza del Valle, así como todos los rodaderos de la ciudad, hasta ahora, no está incluida en la contrata de limpieza y toda actuación se produce por cuenta del Ayuntamiento. El problema es que es una actuación cara.

Porque los rodaderos son trabajos en altura, por lo que se necesita para trabajar sobre ellos una línea de vida, y los trabajadores han de tener, además, una formación específica, de la que carecen los empleados municipales. Así que hay que externalizar la actuación. Todo ello encarece mucho la actuación.

De forma que en las zonas en las que la pendiente permite trabajar sin una línea de vida, el Ayuntamiento intenta hacer un mantenimiento. Esto, reconoce de la Cruz, no se está haciendo «con la frecuencia que nos gustaría», dado que se tiene que desarrollar con medios propios, «pero no está incluido en ninguna parte, y son trabajos que hay que pagar aparte».

En lo que se refiere a la zona interior, también se desarrollan limpiezas puntuales tras la romería o cuando se ve más necesario. Así, hace unos meses la cuadrilla municipal hizo una importante retirada de cristales. Pero la circunstancia es parecida a la de los rodaderos.

De ahí la intención de la concejal responsable de incluir estas actuaciones en el próximo pliego de limpieza «para no tener que estar así, y que sea una cosa más continuada en el tiempo».

Más allá, De la Cruz hace también un llamamiento a la ciudadanía para que disfrute del Valle, consuma la comida que quiera, «pero, por favor, que utilicen las papeleras». Afortunadamente, la mayoría de usuarios, y colectivos como Emerge Toledo, sí están concienciados.