«No llegan aquí tantos pacientes como creemos que deberían venir»

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Francisco Marí, gerente del Hospital de Parapléjicos

«No llegan aquí tantos pacientes como creemos que deberían venir» - Foto: David Pérez

¿Qué es lo que más le ha sorprendido en el poco tiempo que lleva al frente de Parapléjicos? ¿Es distinto a otros hospitales?

Me ha sorprendido gratamente la implicación del personal. Es un hospital donde la plantilla se siente muy identificada con el proyecto, y eso es muy importante.

Estamos en tiempos de recortes, ¿esa plantilla se quedará como está, disminuirá, aumentará?

La plantilla está en torno a setecientas personas y obviamente hay que adaptarla a la actividad que atienden que, últimamente ha ido disminuyendo, por razones conocidas. El planteamiento que tenemos es potenciar la actividad del hospital y, por tanto, mantener los puestos de trabajo. Pero hay que recuperar actividad y adecuar los ratios de plantilla.

¿Incrementando asistencia, investigación, docencia?

Todo se complementa. Queremos potenciar la investigación, pero no es fácil de un día para otro. La idea es incrementar la asistencia sanitaria o bien captando pacientes que ahora mismo no llegan al hospital o integrando en Parapléjicos parte de la cartera de servicios que otros hospitales prestan en Toledo.

¿Qué tipo de cartera de servicios?

En temas de lesión cerebral y también complementando al Virgen de la Salud en temas de aparato locomotor. Hay varias líneas que esta semana el consejero ha comentado para encajar Parapléjicos en el conjunto del sistema.

Por lo tanto sería aumentar actividad en especialidades que ustedes ya cubren.

Eso es, siempre que tenga relación con lo que ya tratamos.

Entonces no se plantea que el centro abra camas de forma permanente para descargar al Virgen de la Salud en asistencia general, por ejemplo.

No. Una cosa sería complementarles en temas muy puntuales... pero eso no. Se plantea que nosotros demos ciertos servicios, relacionados con la lesión medular, como parálisis cerebral, aparato locomotor... trauma o reumatología, que estén en consonancia con lo que ya hacemos.

¿Cómo van las nuevas instalaciones?

Es un tema que se va a poner en valor con la nueva reestructuración del área sanitaria de Toledo: el nuevo hospital de la ciudad, la integración del Provincial y estas obras. Todo junto va a permitir ponerlo en funcionamiento en un plazo, espero, no muy largo.

¿Se atreve con una fecha?

Ahora mismo no pero seguramente antes de final de año se podrá dar un plazo.

¿Qué pasará luego con las instalaciones antiguas?

El plan funcional que se hizo tenía dos fases, la primera está acabada y pendiente de recepcionar y la dos consistía en derribar este hospital, trasladarse y acabar de hacer la zona nueva. Esta segunda fase se ha decidido no llevarla a cabo, porque realmente no es imperiosa, y vamos a rediseñar el plan funcional, es decir, cómo se comunican el edificio nuevo y el viejo y a qué dedicamos cada espacio. Este rediseño se hará, también, en función de cómo quede esa foto que he hablado de aquí al final de año, pero en cualquier caso se va a utilizar.

Empieza la optimización de recursos de la que hablaba en su toma de posesión. No tiramos nada.

Exactamente, no tiramos nada pero se pone en funcionamiento lo que se tiene. Hacer lo mismo empleando más metros sale muy caro. De lo que se trata es de poner en funcionamiento lo que sea necesario empleando los metros necesarios. Me consta que el nuevo hospital de Toledo se va a acabar de construir en todos los espacios necesarios teniendo en cuenta que hay metros construidos y útiles aquí o en el Provincial.

En una instalación tan especializada como está cuando llega el momento de ajustarse el cinturón qué es más fácil, ¿reducir gasto, optimizar recursos, conseguir nuevos ingresos por la fundación y entidades privadas?

El presupuesto ya es conocido y hay que ajustarse a él. Yo, como gestor, entiendo que son de obligado cumplimiento. Hay que cumplir las leyes sanitarias y también las presupuestarias. Por tanto hay que adecuar la infraestructura al gasto y por ese lado vamos bastante bien. En cuanto a la fundación, para investigación conseguimos vías de financiación por otros caminos, ministerio, fondos europeos... Esto se está limitando a la mitad del año anterior, para el que viene seguramente será inferior por la crisis, y aquí sí es importante reducir las estructuras en función de los ingresos. Hay que ser flexibles si tienes que disminuir o si tienes que incrementar para no dejar estructuras hipertrofiadas pensando que vengan ingresos futuros. Eso es lo peligroso. Hoy, vías nuevas son las de financiar la investigación y no sabemos cómo está el tema a expensas del nuevo acuerdo marco de 2013 y ver cuáles son los fondos y en qué líneas van.

¿Cuál es el presupuesto del hospital en relación con el año anterior?

Todos los presupuestos del Sescam se redujeron para 2012 un 15% respecto al cierre del ejercicio anterior. Esa cantidad, más o menos, repercute linealmente en todos los hospitales aunque hay medidas que nos ayudan: si bajan los sueldos, si quitan pagas extra, si bajan precios de referencia de farmacia nos echan una mano para ajustar el presupuesto. También es verdad que se ha hecho una reducción en sustitución de vacaciones, cierre de plantas para ajustar las camas que están abiertas, aquí no tanto pero sí en el resto de hospitales, en temas de coberturas de guardias...

¿Aquí también se está incrementando el horario del uso de quirófanos y otras dependencias?

En su momento se utilizaban las jornadas de tarde, la autoconcertación o las mal llamadas peonadas, porque siempre había pequeñas listas de espera. Se dejó a cero, aquí y en el resto de hospitales, y lo que se hace es optimizar las mañanas, se hizo un incremento de horas semanales, pasamos de 35 a 37 horas y media,  que se emplea para hacer tardes una vez al mes de forma que aligera la presión asistencial. Nosotros, al ser monográficos, estamos fuera de esa presión de las listas de espera tanto de consultas como quirúrgicas.

El consejero les pide dar más servicio, ¿les dota de más recursos?

El mensaje es ‘apostamos por el hospital’ pero con criterios racionales. Pero que quede claro que el hospital va a seguir siendo de referencia y lo vamos a potenciar, sobre todo la investigación. Las patologías que vamos a trasladar aquí será con criterios de gestión en el sentido de que existen infraestructuras que hay que utilizar. De aquí a final de año sabremos lo que viene porque es necesario para acabar ciertas obras que están en marcha.

Parapléjicos es hospital de referencia nacional, ¿cómo está considerado a nivel internacional?

Es un hospital con muy buena reputación nacional e internacional. Una de las cosas que se valora desde fuera es el hecho de que convivan en un mismo centro clínica e investigación. En el resto de sitios suele estar separado el hospital de los laboratorios y los canales de comunicación no funcionan bien. Aquí casi se confunden el investigador con el clínico y eso es un valor importantísimo para este hospital que debemos saber explotar mejor.

Es un modelo exportable.

Como modelo es fantástico, nos lo reconocen muchos que vienen a ver cómo trabajamos y quieren quedarse. Tener el laboratorio y que salgas y esté la planta con los enfermos no se ve en ningún sitio.

¿Desde el despacho se nota si la relación del paciente con el personal es buena?

Desde el despacho no pero es que yo soy de los que se obliga cada día a salir, a moverme por el hospital, a hablar con los profesionales y también con algún enfermo para palpar el clima. Me consta que el hospital tiene muy buena acogida especialmente en la parte de los pacientes y están contentos.

Como directivo, ¿su visión de la sanidad se aproxima más a valorarla como gasto, como inversión, como prestación de un derecho básico que hay que cubrir?

Como directivo creo que la sanidad es dar lo máximo posible con los recursos que tenemos. Una de las cosas que no hemos trabajado bien es la gestión de las demandas. Es decir, hemos hipertrofiado el sistema sanitario por el hecho de que nos hemos encontrado con demandas infinitas; la gente va a primaria, quiere acceder a especialistas y no hemos cribado bien los mecanismos.

¿Cual es el camino correcto?

Hay que poner en funcionamiento centros de primaria y de especialistas en función a datos poblacionales, a datos de epidemiología, de economía de la salud y no por decisiones políticas. Lo que nos han llevado a esta situación en toda España durante los 15 últimos años es que las decisiones que han pesado han sido otras sobre las de gestión, aunque no siempre tienen que mandar.

En el caso de la lesión medular, ¿cómo es el proceso para que un enfermo llegue a Parapléjicos?

Los pacientes con lesión traumática o por problemas en intervenciones quirúrgicas, etc., son tratados en una unidad de agudos de su ciudad, muchas veces son intervenidos y, una vez que detectan que puede quedar parapléjico se ponen en contacto con nosotros. Aquí suelen estar entre cinco y seis meses de tratamiento básicamente rehabilitador, tanto de la enfermedad como para recuperarles para la vida cotidiana. Tras darles el alta se hace un seguimiento anual. Esto es cuando el circuito funciona y les derivan a nosotros.

¿No siempre funciona?

Está pasando que muchos hospitales o comunidades autónomas han montado servicios de daño medular, unidades pequeñas, con médicos rehabilitadores, y se da un tratamiento de hospital de agudos donde están ingresados 20 días, un mes, y se da cierta falta de comunicación entre profesionales para que nos deriven ese tipo de paciente.

¿Por qué?

No sé si es un tema de las comunidades que no quieren derivar por no asumir un gasto, porque aquí hay una facturación intercomunidades, pero es algo que con las autonomías el circuito no acaba de funcionar. También es cierto, afortunadamente, que los pacientes han disminuido, especialmente los de tráfico tanto de moto como de coche, pero no llegan aquí tantos pacientes como creemos que deberían venir.

¿Que dinero cuesta, de media, un paciente que pasa por Parapléjicos?

Son quinientos euros al día, por ciento ochenta días, noventa mil.

Por lo tanto sin sanidad pública sería imposible para muchas personas.

Es imposible y, además, hay que tener en cuenta que se ha demostrado que este paciente luego genera menos gasto. En realidad esto es lo que fortalece el hecho de que existan hospitales monográficos porque estos pacientes distribuidos por treinta o cuarenta hospitales que no trabajan tan a fondo como nosotros realmente sería más caro su tratamiento. Si hiciéramos las cuentas de lo que asumen otros centros por no derivarlos aquí seguro que es más caro.

¿Concentrar a los pacientes en un centro especializado también ayuda a motivar para su recuperación?

Es importante. No sólo hablamos del tratamiento sino de la integración. Aquí hay terapeutas ocupacionales, actividades lúdicas, deporte, fines de semana que recorren caminos verdes adaptados, la misma convivencia... Gente que entra con el deseo de morir sale con ganas de vivir.

Tradicionalmente se habla de la relación entre el hospital y la ciudad, que es bastante inaccesible.

Me consta que se ha trabajado todos estos años en viviendas adaptadas, accesos para estos pacientes... pero nunca es suficiente. Seguimos dejando el coches delante de lugar donde la acera está rebajada para una silla de ruedas o un carrito de bebé. La población tiene que ser más sensible. Por ejemplo la normativa habla de que haya espacios adaptados como los lavabos públicos pero sigue costando.

¿Los políticos son sensibles de hecho o sólo de palabra?

No es un asunto fácil. Las ciudades no están preparadas aunque hay avances lentos porque las asociaciones de pacientes como Aspaym trabajan mucho. Hay que seguir y darse cuenta que, por ejemplo, un espacio adaptado sirve para todos, válidos o no, en cambio los no adaptados sólo son para los válidos. A veces es mejor, y más barato, hacer una rampa sólo que poner una escalera al lado.