A la espera de la llegada de «vientos favorables» que aceleren el desarrollo residencial de la Peraleda y, por ello, el proyecto del nuevo Ferial de la ciudad, Emiliano García-Page apuntó que las ferias de agosto del próximo año ‘retornarán’ a la Vega. Lo harán , eso sí, de manera diferente a lo que era tradicional en Toledo y «asumiendo el espacio que comprende desde La Puerta de Bisagra hasta la Plaza de Toros, e incluso hasta el aparcamiento de Toletum».

Por ello, y anunciando que los técnicos municipales ya han elaborado un proyecto con la «distribución de los distintos espacios», aclaró que la ubicación es «temporal» ya que «queremos un ferial que se utilice más de dos veces al año» y que no genere problemas de movilidad. Se refería, el alcalde, a que «sólo es posible cortar este eje en agosto» porque no hay que olvidar que el resto del año este trazado es «el gran eje de entrada a la ciudad».

En este punto, insistió, para acabar con los deseos de los más tradicionales del lugar, en afirmar que el traslado será «provisional».

De hecho, y porque esta ubicación temporal generará costes, anunció que la cantidad, establecida en torno a los 100.000 y 150.000 euros, «será asumido por los feriantes», siendo utilizado este dinero en un conjunto de mejoras en la Vega y su entorno.

Así, y acabando con «la amenaza permanente por parte de los feriantes de no venir a Toledo si las cosas siguen así», apuntó García-Page que el proyecto del nuevo recinto Ferial cierra, además, un problema mantenido con este sector durante años porque la Peraleda «ya no da más de sí por el deterioro en su situación y sus instalaciones». Para reafirmar su decisión, aseguró que Toledo es una de las pocas ciudades en la que «los feriantes exigían dinero por venir» cuando en ciudades como en Albacete «sólo lo que paga la noria sufragaría todo nuestro programa de fiestas». Atracción, como muchas otras, que lleva años sin dibujarse «en el perfil de la ciudad» y que con el nuevo emplazamiento volverá a apreciarse.

Sobre los que hablan de despilfarro. Respecto a las voces que hablan de derroche de dinero público, Emiliano García-Page hizo un poco de memoria sobre las razones emitidas por el Gobierno municipal de José Manuel Molina para llevarse la feria de la Vega a la Peraleda. De ahí que se remitiera al argumento, esgrimido entonces por los ‘populares’,  del «alto coste del mantenimiento de la Vega y la necesidad de salvar el lugar del estrés de las ferias».

Lo que sería razonable si el mismo alcalde no hubiese tomado la decisión de «instalar en el lugar, todos los martes, un mercadillo» que, destacó, «supone un importante gasto de mantenimiento continuo».

En este punto, y conocedor del cariño de los toledanos al Paseo de la Vega y a sus eventos, aseguró que no van a «cambiar el mercadillo de la Vega» porque «con los arreglos que están por venir se soporta bien el impacto». Precisó, además, que no hay que dejar de lado el «valor añadido» que estos encuentros generan a una zona que es imprescindible para los usos sociales de la ciudad.

Superado este primer problema emitido por lo ‘populares’ hace 20 años, siguió Page su discurso apuntando que el otro condicionante por el que Molina trasladó la feria se refería a «los problemas de tráfico y la ausencia de plazas de aparcamientos». Un requisito que, explicó, «también ha sido subsanado» con «la adecuación de la explanada en Santa Teresa con cerca de 1.200 plazas», número que se suma a las ofertadas en los aparcamientos de Safont y Azarquiel.