Turrón del duro

J. Mario Loeches
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El Socuéllamos, con más entrega y concentración, vence en el Salto del Caballo al CD Toledo con un gol de córner y otro de falta

Turrón del duro - Foto: Yolanda Lancha

El Yugo Socuéllamos es culpable, en parte, de que el CD Toledo se vaya a celebrar la Navidad dando vueltas a la cabeza y comiendo turrón del duro. Su estado de forma fue suficiente para asaltar el Salto del Caballo ante un conjunto, el deJosip Visnjic, que mostró su cara B, ésa que tanto critican sus aficionados y que le va a impedir despedir 2014 en posiciones de ‘play off’. Cuando juega en casa no es capaz de estar tranquilo, dominar al adversario y generar ocasiones claras de gol. Y si le hacen daño rápidamente, no hay recuperación posible. Iban dos remontadas consecutivas y lo más fácil es que la tercera no saliera. Así, tal cual.

A los ciudadrealeños les bastó con chutar un par de veces porque al Toledo ya le tiemblan las piernas cuando el rival tiene una jugada a balón parado. Hasta parece obsesionado. Ni siquiera pudo aprovechar el espectáculo de un árbitro del mundo de la farándula, más preocupado de sí mismo que de realizar su trabajo. Santos Pargaña tiene antecedentes en la Ciudad Imperial, aunque ayer prefirió mirar para otro lado en su show, todo hay que decirlo. Y si encima uno de tus jugadores más en forma, con dos dobletes seguidos, está todo el partido tirándose de los pelos y acaba expulsado a drede, el resultado es el que es. A pensar ya en el Castilla.

Josip Visnjic decidió esta vez ser políticamente correcto dando continuidad al once que sacó los tres puntos en Lejona. Barranco se recuperó a tiempo y ocupó un sitio más en el mediocampo, pero Eneko no se movió por el costado izquierdo sino que se metió por dentro buscando más balón. Que el Socuéllamos se cerrase como una ostra no favoreció este planteamiento y el escenario le permitió al rival robar con facilidad y salir al contragolpe. Ya había indicios en estos primeros minutos de que las intenciones visitantes no eran las degustar las bonitas imágenes del Alcázar desde el campo. Y más cuando consiguieron penetrar en la portería de Manolo a los once minutos, casi en su primera ocasión. El cuchillo llegó por el talón de Aquiles, la esquina. El guardameta detuvo un primer cabezazo que salió repelido a la cabeza de Pelegrina. El salto del central fue suficiente para colocar 0-1 y espolear a una afición socuellamina que también ganó el combate a la toledana, y por KO.

La reacción que siempre se espera no se produjo. La herida de verse por detrás en el marcador le tarda en cicatrizar al equipo de Visnjic y la entrega y el sacrificio del contrario eran evidentes. Daba la sensación de que el Socuéllamos había desayunado fuerte y el CD Toledo todavía estaba todavía quitándose las legañas. Encima, la respuesta de la grada a los decibelios de la del Socuéllamos vino en forma de silbidos. Los verdes ni siquiera pudieron pensarse una jugada con paciencia. Pasar combinando era imposible, pero precipitarse y colgar balones frontales tampoco inquietó a los chicos de Cosín.

Un centro de Morales que no remató nadie y un disparo alto de Bienve fueron las únicas acciones peligrosas de un encuentro que ganó en emoción con la segunda amarilla a Ocaña por supuesta simulación dentro del área en una entrada de Pepe Aicart que tampoco fue penalti. Quizás creyó el colegiado que el mediapunta le iba a pelear el ‘Óscar’ a la mejor interpretación y lo echó faltando quince minutos para el descanso. Su ausencia no cambió el panorama, sólo los ánimos, traducidos en un simple remate de Eneko a la media vuelta que mandó a las dos escuadras a los vestuarios. El técnico serbio no tuvo más remedio que cambiar para la segunda parte a Mikel por lesión y dio entrada a Toño Vázquez. El segundo cambio, totalmente esperado, dejó a Barranco dentro y trajo consigo la entrada de Aitor García para aportar velocidad y desequilibrio por la banda. El propio jugador andaluz confundió al Salto del Caballo actuó con una vaselina que no tocó la red por dentro nada más reanudarse el choque. Pero es que, cuatro minutos después, no apareció el 0-2 porque los palos del Toledo los defiende Manolo Rodríguez Descalzo. Jacinto se dio cuenta al rematar otro córner sin oposición. Después, contragolpeó Colinas para que Bocanegra también se luciera en la otra portería y Aicart pensó que había que probar desde lejos.

No era el día. Ni del Toledo ni de Rufino. El delantero sacó a sus compañeros del partido tras un golpe que parecía de graves consecuencias y que se quedó en nada. Mientras pedía el cambio desde la banda, Bienve sacó una falta escorada desde la derecha que no impactó en nadie y que a Manolo se le escapó cuando se tiró a atrapar el balón. Megías entró al césped y tuvo un remate franco que su excompañero en La Roda le anuló. Los minutos se consumían sin esa fortuna en ataque de días anteriores. Y se equivocó Rufino entrando con la pierna por delante a un contrario, así que le vendrá bien meditarlo durante las vacaciones porque el castigo lleva aparejado perderse el siguiente partido en Valdebebas. Su error se hizo más flagrante con el gol de Aitor García en una jugada rocambolesca con más de seis rechazos dentro del área. ¿Ysi era posible todavía sacar un punto? La segunda amarilla a Zurdo dejó otra vez en inferioridad al Socuéllamos, que con defenderse bien del acoso toledano levantó los brazos en señal de triunfo gordo. Eso es porque ganar en el Salto del Caballo es muy complicado, aunque últimamente se encuentran a un Toledo de rima fácil.