Un mundo diferente con precios competitivos

Daniel Pérez
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El mercadillo semanal de Talavera cuenta con 221 puestos en los que la ropa y sus complementos, el calzado y la fruta son los protagonistas gracias a la diversidad de ofertas para todas las personas. Un rastro en el que la seguridad y la organizaci

Pantalones, camisetas, vestidos, zapatillas, ropa interior, bisutería,  fruta, plantas, alfombras o incluso pollos asados, son sólo algunos de los productos que pueden adquirir a un precio muy competitivo todas aquellas personas que acuden los miércoles al mercadillo semanal de Talavera situado en el paseo Fernando de los Ríos. Un rastro al aire libre que en verano experimenta un gran crecimiento de público ya que se convierte en uno de los principales pasatiempos para miles de personas durante la mañana de los miércoles.

Compuesto por un total de 221 puestos, este mercadillo se caracteriza por la variedad de sus ofertas en las que destacan los negocios de  ropa y complementos, calzado, fruta y polivalentes (engloban el resto de productos). Los vendedores ambulantes que participan en este gigantesco bazar proceden, además de Talavera y su comarca, de todas las zonas fronterizas de la provincia de Toledo como es el caso de Madrid, Cáceres, Ciudad Real o Ávila.

El tamaño medio de los puestos es de seis metros y su precio es de 402 euros, un coste que los comerciantes deben abonar al Ayuntamiento anualmente. Sin embargo, también existe la posibilidad de que los vendedores puedan adquirir un habitáculo de mayores o menores dimensiones pagando las cantidades establecidas por cada metro de recinto.

Conseguir entrar a formar parte de este mercadillo es una tarea muy complicada. Todos los interesados deben solicitar una plaza en el mes de octubre y así acceden a una lista gestionada por el Consistorio y, en función del número de bajas que se produzcan cada año, se realiza en enero un sorteo público que establece el orden de lista para cubrir las últimas vacantes. En el último sorteo, solamente se adjudicaron tres puestos ya que solamente hubo esas vacantes.

A pesar de los problemas económicos que atraviesa la ciudad, los comerciantes del mercadillo consideran Talavera como una parada obligada dentro de su ruta semanal. Uno de los vendedores ambulantes más veteranos en este rastro es Antonio Capellán. Este comerciante madrileño apunta que este bazar «no está del todo mal» en organización y seguridad. Si comparamos este mercadillo con otros como los de Majadahonda o Tres Cantos en los que este vendedor instala sus puestos a diario, los beneficios económicos son diferentes. «Mi negocio funciona mejor en Madrid que aquí», asegura. Y eso que su tenderete de ropa es uno de los más concurridos todos miércoles, principalmente por público femenino, que acuden con la intención de encontrar alguna ganga de ropa de la que poder beneficiarse.

Capellán aseguró a este diario que los mercadillos «somos un colectivo complicado para todas las ciudades porque cortamos el tráfico en algunas zonas y reunimos a mucha gente. Los Ayuntamientos quieren que los rastros les  aporten beneficios pero que no les generen problemas», destacó.

La jornada laboral de los vendedores ambulantes comienza muy temprano. Y es que hay que estar a primera hora de la mañana en la zona para comenzar a instalar el puesto y todo el material que se pretende vender. Como la apertura oficial del rastro comienza a las 9,30 horas, a partir de las 6 de la madrugada la mayoría de los comerciantes acuden a las inmediaciones del recinto ferial para comenzar un largo día de trabajo. Incluso alguno de ellos coge sitio durante la noche y pernoctan en Talavera.  

Entre los comerciantes del mercadillo hay una gran diversidad cultural. y es que, además de empresarios españoles, en el gran bazar talaverano también están presentes vendedores marroquíes, sudamericanos, e incluso algún trabajador rumano. Una variedad que los clientes agradecen al disponer de mejores ofertas y descuentos.

Seguridad. Uno de los aspectos que más valoran los comerciantes del mercadillo de Talavera que se realiza todos los miércoles en el paseo Fernando de los Ríos es  la erradicación de los llamados ‘manteros’.  La Policía Nacional y la Policía Local se encargan durante los últimos años de evitar que cualquier persona que no cuente con su respectiva licencia para ubicar su puesto en las inmediaciones del recinto ferial sea inmediatamente detenida.

Aunque no es muy normal, bien es cierto que algunas personas, por su propio motivo, acuden al mercadillo con su cosecha de ajos o de patatas e intentar aprovechar la gran cantidad de personas que visitan este mercadillo para obtener unos ingresos totalmente ilegales. Algo que los miembros de seguridad de Talavera se encargan durante todos los miércoles de evitar paseando una y otra vez por la zona.