La experiencia da puntos

Luis J. Gómez / Toledo
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Nadie puede rivalizar con Fernández Vaquero en experiencia: es el diputado más veterano del Parlamento (lleva desde 1999) y antes de ser presidente de las Cortes ha ocupado todos los cargos de la Mesa

Jesús Fernández Vaquero, casado, con tres hijos y de la quinta del 53, ha salido elegido presidente de las Cortes porque así lo han votado con sus papeletas los diputados del PSOE y de Podemos. Pero si fuera obligatorio elegir al parlamentario más experimentado también se habría llevado los votos del PP. Nadie puede rivalizar con Fernández Vaquero en veteranía en el Convento de San Gil. Entró en 1999 como diputado ‘raso’, en la quinta legislatura, cuando gobernaba José Bono. Desde entonces ha completado cuatro legislaturas y afronta ahora su quinta.  

Tampoco se puede superar la experiencia de Fernández Vaquero en la Mesa de las Cortes, que en el salón de plenos ocupa una zona más elevada que el resto de los escaños. Desde esa posición lleva desde 2003 mirando los plenos desde arriba y ha ocupado todos los puestos posibles en el órgano que se encarga de dirigir el Parlamento autonómico. De 2003 a 2007 fue secretario primero, el que se encarga de leer las resoluciones y contar los acuerdos de la Mesa. De 2007 a 2011 fue vicepresidente primero, el que se encarga de sustituir al presidente cuando no está (que en esos años era Francisco Pardo). De 2011 a 2012, ya en la oposición, ocupó la Secretaría segunda. Ycuando Pardo renunció a seguir en las Cortes, ascendió a vicepresidente segundo. Solo le faltaba ser el presidente de las Cortes, sin prefijos ni apellidos, y desde ayer ya lo es.

Precisamente el parlamentario más experimentado tendrá que lidiar con unos tiempos nuevos en las Cortes, pues hasta ahora no se había dado la situación en la que ningún partido político contase con una mayoría absoluta. Es decir, que le tocará dirigir un Parlamento en el que los acuerdos tendrán que producirse día tras día. Podrá pedirle consejo a su antecesor en el puesto, Vicente Tirado, que a pesar de ser de otro partido siempre ha reconocido que mantiene una buena relación personal y política con Vaquero. Esta buena relación, en cambio, no ha impedido que en uno de los plenos más polémicos de la pasada legislatura -el de la reforma del Estatuto- terminase con Fernández Vaquero gritándole al oído a Tirado y con Tirado pidiendo una reunión extraordinaria de la Mesa en pleno verano para decidir si se sancionaba a sus señorías por mal comportamiento. Al final todo terminó pacíficamente, haciendo propósito de enmienda.

El nuevo presidente de las Cortes, que es maestro, ha tenido que en enseñar en alguna ocasión y desde la tribuna de las Cortes que él no se apellida de primero García y que su segundo apellido no va con ‘B’, vamos que él no se llama como el de los quesos. Alguna confusión ha tenido que sufrir en tantos años de parlamentarismo.

Y también le ha tocado enseñar al PSOE cómo se organiza un partido en la oposición, pues le ha correspondido dirigirlo como secretario de Organización en los únicos cuatro años en los que los socialistas no han gobernado desde el 83. Tampoco hay nadie que le pueda superar en experiencia en esas lides dentro de los socialistas.