El color retorna a la Sala Capitular de la Catedral

C.M.
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Las labores de restauración van «a buen ritmo» y si no hay imprevistos la Sala Capitular podrá admirarse «tal y como la pensó Juan de Borgoña» a finales del próximo mes de octubre. Antonio Sánchez-Barriga supervisa cada una de las fases.

Los andamios ocultan desde hace apenas dos meses los 125 metros cuadrados de pinturas al óleo sobre muro de yeso creadas por Juan de Borgoña, a instancias del Cardenal Cisneros, hace 500 años. El poco tiempo transcurrido desde que se iniciaran los trabajos destinados a la restauración de la Sala Capitular de la Catedral contrasta con la transformación visible ya en algunas de las zonas intervenidas por los restauradores escogidos por Antonio Sánchez-Barriga.Junto al arquitecto Jaime Castañón, el conservador y restaurador conocedor como pocos de las riquezas contenidas en el templo -este equipo ha realizado todas las reformas en el templo desde 2002- augura que será «a finales de octubre» cuando la estancia pueda ser admirada porque «el ritmo es bueno y ya se puede contemplar un rojo y un verde que nada tiene que ver con el de hace unos días».Y puesto que uno de los objetivos es tornar «las pinturas ahora planas» a «su perspectiva inicial», la labores se están centrado en «la limpieza de todas las restauraciones realizadas hasta ahora» -que las hay «buenas y malas»- y, por ello, en la eliminación de «los muchos repintes hallados» y de las distintas actuaciones -ya sean barridos, frotados o 'limpiezas' con aceites- respetando, explicó Sánchez-Barriga, «algunas que son históricas y que sabemos que no cuentan con su original debajo».Aunque se han encontrado «más de los esperados» y la labor es importante, estaba preocupado este experto conservador ante la complejidad de recuperar «los azules porque han perdido el aglutinante, se queda en superficie, y el pigmento se ha desgranado», lo que está requiriendo la puesta en marcha de un proceso en el que «fijamos y eliminamos el repinte del azul que es muy complicado» y que, sonríe el conservador, parece está dando sus frutos. A este reto se suma el de «las miles de gotas de excrementos de pájaros y, sobre todo, de murciélagos» que ha requerido distintas fórmulas de actuación en su limpieza.