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En muchas ciudades es complicada a veces la convivencia entre los perros y sus dueños con otras personas, debido a molestias que van de inoportunos ladridos a excrementos depositados en la acera. Esta última conducta, por suerte, va a menos gracias a la cada vez mayor conciencia cívica de los propietarios de mascotas, que suelen llevar una bolsa para recoger las heces de su animal para no ensuciar espacios de todos como un parque. Pero puede que un exceso de animadversión al que muchos consideran como el mejor amigo del hombre esté detrás de un deplorable hecho acaecido en Torrijos: la aparición de cebos de jamón que esconden peligrosos anzuelos dentro, con la idea de causar la muerte a los confiados canes que los coman.
Así lo narra Ángel, un hombre de mediana edad que durante el mediodía del pasado sábado paseaba por la torrijeña calle Ancha, cerca de una conocida tienda de automóviles, con ‘Buddy’, su pequeño Terrier. «Veo que se agacha y se come algo. Me extrañé y me puse a mirar alrededor». Así se encontró un motivo como el que le hizo abrir la boca a su mascota, una loncha de jamón serrano de apetitosa apariencia. Pero que escondía en su doblez una ‘potera’, un anzuelo de pesca de tres puntas.
Alarmado, el dueño del can pudo avisar a su veterinario, que le hizo ir de urgencia a la clínica Faunia. Una vez allí, unas radiografías confirmaron que lo que había ingerido ‘Buddy’ era idéntico a lo que había hallado Ángel. En el estomago del perro de dibujaba la silueta del anzuelo de tres puntas. «Operamos al perro en ese momento, porque si hubiéramos dejado que el anzuelo siguiera por el aparato digestivo podría haberle provocado una peritonitis», explica el facultativo de la clínica veterinaria sobre las consecuencias fatales que podía haber sufrido el perro si nadie hubiera estado alerta del cebo.
El perro se va recuperando, pero su amo explica que ayer apareció otro señuelo similar en la zona donde el can sufrió el incidente. Ángel explica que muchos propietarios de canes han adoptado la precaución de pasear a sus perros con bozal, para evitarles que se lleven a la boca lo que no deben. Mientras, él ha presentado denuncia de lo sucedido a la Guardia Civil, que ha abierto investigaciones sobre lo sucedido. También está efectuando pesquisas la Policía Local torrijeña, según han informado fuentes municipales.
«Siempre puede haber alguien al que no le gusten los perros por algún motivo, pero todo se puede comentar, y si hay un dueño que no tiene a su mascota bien domesticada tendrá que hacerse responsable. Pero no hay que llegar a esto», lamentaba el dueño de ‘Buddy’.